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«Estamos donde hemos estado siempre». La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, intentó este martes sofocar las críticas internas en torno a la posición del partido sobre el aborto después de que Alberto Núñez Feijóo respaldase la semana pasada la ley de plazos tras ... el aval del Tribunal Constitucional. Una norma «correcta» y que merece el «respeto» del líder de los populares pero que ha generado malestar en la Iglesias y en el ala más conservadora del partido, que no esperaba ese apoyo tan «contundente» de la nueva dirección, y que ha dado munición a Vox y a la izquierda. «En el PP como en la sociedad española hay muchas sensibilidades y son tan respetables las de unos como las de los otros», atajó la número dos de los populares.
Lejos queda ya el recurso que presentaron 70 diputados del PP en 2010 contra esa ley que concibe la interrupción voluntaria del embarazo en el plazo de catorce semanas como «un derecho de las mujeres» y de la que acabó renegando después el Gobierno de Mariano Rajoy. Pese a sus promesas electorales, cuando los populares llegaron de nuevo a la Moncloa con mayoría absoluta no promovieron una contrarreforma y se limitaron a volver a exigir el consentimiento paterno para las jóvenes que decidieran poner fin a su embarazo, conscientes de que entraban en terreno pantanoso.
En Génova asumen que se trata de un equilibrio complicado pero entienden que el fallo del Constitucional no deja otra vía que la del respaldo absoluto a lo que dicta la ley y han decidido poner el foco a partir de ahora en la defensa de la maternidad, con el objetivo de templar los ánimos en sus filas. «En el PP defendemos la vida, defendemos la natalidad, defendemos que hay que proteger a las mujeres para que puedan ser madres, para que ninguna se tenga que ver avocada a tomar una decisión de interrupción voluntaria de su embarazo por cuestiones económicas. Pero también en que aquella que tome esa decisión, sea respetada», defendió Gamarra eludiendo aclarar si el aborto es un derecho o no como recoge la norma avalada por el Constitucional.
El portavoz de campaña, Borja Sémper, evitó el lunes la pregunta como pudo. «No hemos dicho en ningún momento que el aborto sea un derecho», pero «los poderes públicos deben regular este fenómeno para dar certezas y seguridad a las mujeres que deciden emprender este proceso», explicó el dirigente vasco, que desde hace unas semanas forma parte del núcleo duro de Feijóo.
En la dirección del PP reivindican su derecho a «evolucionar» igual que ha hecho la sociedad en estos trece años en consonancia con la mayoría de los países europeos, que permiten la interrupción voluntaria del embarazo hasta una determinada semana. «El debate entonces estaba en otro punto», sostienen en la cúpula, donde insisten en que tienen que ser capaces de aunar bajo sus siglas tanto a votantes de la izquierda moderada a favor del aborto como a sectores provida. «El aborto es un drama y como tal tiene que ser visto y considerado. Tenemos que trabajar para que cualquier mujer que quiera ser madre, pueda serlo –insistió Gamarra–. Y que cuente con todos los recursos y apoyos para que no tenga que tomar otra decisión».
Los populares buscan alejarse de Vox en este debate, que no se lo va a poner nada fácil. La formación de Santiago Abascal ha registrado ya una iniciativa en el Congreso para derogar la ley del aborto de 2010 y sustituirla por el plan para el «fomento de la vida» que propusieron en Castilla y León, donde cogobiernan con el PP. «El aborto no es un derecho», proclamó su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, que cargó contra un PP alineado con Sánchez en una suerte de «nuevo bipartidismo».
La formación de extrema derecha pretende «recuperar paso a paso» la «materialización del derecho fundamental que es la vida» frente a las políticas de interrupción del embarazo, que en opinión de Espinosa de los Monteros, están logrando que en los últimos años se hable del aborto «casi como si fuera un método anticonceptivo». Pero también busca retratar al PP sobre uno de los temas más sensibles para los de Feijóo, que sigue dividiendo a sus filas.
El líder gallego intentará hoy zanjar el debate y marcar la línea a seguir que, en cualquier caso, recuerdan en el sector más conservador, viene dada por la ponencia política social debatida y aprobada en el congreso de 2017 y cuyo redactado es claro. «El PP está firmemente comprometido en la defensa y protección del derecho a la vida. Por eso entendemos que el aborto no se tiene que considerar como un derecho –recoge el texto–, sino como un fracaso de la sociedad».
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