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El joven interno en el Centro de Extranjeros de Zapadores (València) afectado por el virus del VIH que iba a ser expulsado este martes a Venezuela se queda finalmente en España y en situación de libertad, según han confirmado a Europa Press fuentes de la ... Campaña CIE No.
El joven, al que le constaba una orden de expulsión por estancia irregular en España dictada por la Subdelegación de Gobierno de Burgos, ha sido trasladado a primera hora de este martes hasta Madrid desde donde debía coger un avión con destino a Venezuela.
Una vez en el aeropuerto, el joven se ha resistido a subir a la aeronave, con lo que se ha denegado el embarque y la Policía, tras efectuar algunos trámites, lo ha dejado en libertad porque ya ha superado el tiempo de estancia en España y también en un CIE, han indicado las mismas fuentes.
Al respecto, desde CIE No han concretado que el joven llevaba interno en el CIE de Zapadores unos 53 ó 54 días, cuando lo máximo son 60. Pero previamente ya había estado interno en algún otro CIE por el mismo procedimiento sancionador, lo que superaría el plazo establecido y lo que obligaba a dejarlo en libertad.
«Ahora está libre --han apuntado-- pero sigue en situación de gran vulnerabilidad puesto que la orden de expulsión no ha sido revocada y está en una situación de irregularidad administrativa. Podrían intentar expulsarlo otra vez«, han advertido.
De no ser así, han explicado que el joven tendrá que empezar los trámites para regularizar su situación con el objeto de pedir la residencia.
Por ese motivo, su pareja, Óscar F. (de origen gallego y afincado en Madrid) ha pedido a la Subdelegación del Gobierno de Burgos que revoque la orden de expulsión porque «este asunto lo tiene sobre la mesa desde hace tres semanas y, aunque se han aportado documentos acreditativos de la relación, de su cierto arraigo en España y de su situación humanitaria, todavía no se ha respondido nada».
Según Óscar, durante un viaje en 2017 por Miranda de Ebro (Burgos) le «pillaron sin documentación y dictaron una orden de expulsión. No la recurrió en su momento por descuido y en un viaje a Valencia le pidieron la identificación y tampoco la llevaba y se dictó la ejecución de la expulsión».
Aunque el pasado 3 de diciembre el Defensor del Pueblo paró otra expulsión con un informe favorable, ahora de nuevo se ha activado «para mandar a una persona enferma a un país donde se va a morir y separarla de su pareja hace tres años», según su relato.
«Es seropositivo», y en Venezuela, asegura Óscar, «moriría por la escasez de medicación».
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