Podemos abre un pulso con el presidente por plegarse «a imposiciones externas»

La ministra mantiene un pulso con Sánchez -al que compete la política exterior- por esta cuestión desde que los morados dieron plantón, el lunes pasado, al acto organizado en el Teatro Real por el 40º aniversario de la adhesión española a la OTAN. En el evento, presidido por Felipe VI, Sánchez dibujó un panorama en el que la guerra en Ucrania «ha abierto los ojos a la sociedad europea y española», proclive ahora, aseguró, a un incremento del presupuesto del Ministerio de Defensa. Belarra, también secretaria general de Podemos, lo niega, al tiempo que ha sido el primer miembro del Gobierno en confirmar su inasistencia a la cumbre madrileña, solo un día después de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, dejaran su presencia en el aire pero sin despejar su decisión final.

Belarra también recalcó este miércoles en el Congreso, donde comparecía para dar explicaciones sobre la actividad de su departamento, que en su formación han sido «muy claros» al expresar que les gustaría que España fuera «anfitrión» de una cumbre para la paz y no de esta reunión de la OTAN. Según subrayó, la financiación del evento es necesaria para apoyar otras prioridades, como las políticas sociales.

A lo que la ministra no aludió fue a la acusación que el coportavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna, lanzó contra los socialistas por la supuesta adjudicación «a dedo» del contrato para organizar la cumbre de la OTAN. Un asunto que ha levantado ampollas entre los partidos que forman parte de la coalición.

Díaz desautorizó a Serna al negar que dicha adjudicación, que se realiza desde el Consejo de Ministros del que forman parte los morados , hubiera sido «ilegal». Y este miércoles Garzón fue un paso más allá al señalar que son los miembros de Podemos «los que deben acreditar» las acusaciones, que tachó de falsas. Todo tras insistir en que el contrato, que asciende a 37 millones de euros y que incluye el alquiler del Ifema y el dispositivo de seguridad, «es totalmente legal».

Los comunes, por su parte, se vuelven a alinear con la vicepresidenta segunda en este frente. Su líder en el Congreso, Jaume Asens, abrió la puerta a la participación de los morados en la cumbre. «Una actitud crítica puede ser compatible con una representación institucional», dijo en una entrevista en TVE.

Los socialistas, con el presidente al frente, no cejan en su intento en restar importancia en público a la nueva disensicón con sus socios. Pero lo cierto es que, en privado, reconocen que el ímpetu de las críticas de sus aliados les han «sorprendido», como reconocen fuentes cercanas al Gobierno. Sobre todo al referirse a una cumbre conocida y planificada desde hace meses en el seno del Consejo de Ministros. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, sí censuró, en cambio, las acusaciones por el contrato, que atribuyó «al desconocimiento o incluso la irresponsabilidad» de sus socios.

Sánchez llegó a desdeñar la oposición de Podemos al afirmar que las críticas a la Alianza Atlántica databan ya de «cuándo éramos pequeños». Este miércoles, en una reunión con los diputados del grupo parlamentario socialista por el cuarto aniversario de la moción de censura, cerró filas con la unidad del Ejecutivo: «España tiene un Gobierno con sentido de Estado, que siempre está abierto al acuerdo. Es un Gobierno ejemplar».