La 'operación Kitchen' marcará el futuro de la causa de la 'caja B' del PP

Esta versión de los testigos, que tienen el deber de decir verdad, y el argumento compartido de que los asuntos contables eran exclusivos de Tesorería y Gerencia se han erigido en una suerte de armazón impenetrable para las acusaciones populares personadas en la causa.

Por este motivo, el único elemento desestabilizador para elevar la responsabilidad política por el funcionamiento de esta supuesta contabilidad opaca no se encuentra en este procedimiento, sino en uno paralelo que se investiga en otro juzgado de la Audiencia: la llamada 'operación Kitchen', una de las piezas separadas del 'caso Villarejo'.

Pero, ¿por qué esta causa podría afectar al futuro de la 'caja B'? Existen varias razones. En primer lugar, el elemento nuclear de la 'Kitchen' -sobrenombre dado al operativo parapolicial de seguimiento a Bárcenas- tenía como objetivo recuperar documentación sensible en poder de éste y contener los daños que pudiera ocasionar al partido.

En segundo término, el plan orquestado en 2013 desde la cúpula del Ministerio del Interior -con Jorge Fernández Díaz y Francisco Martínez a la cabeza, según el juez- obstruyó las pesquisas judiciales que entonces se llevaban a cabo sobre los llamados 'papeles de Bárcenas'. Es decir, el dispositivo dirigido por el comisario jubilado José Manuel Villarejo y su compañero Enrique García Castaño «ocultó deliberadamente» el resultado de sus actividades a la unidad policial que investigaba la trama 'Gürtel'. Un grupo liderado por el inspector Manuel Morocho. El mismo que relató el pasado jueves las presiones de sus superiores en la comisión de investigación del Congreso sobre este asunto.

En tercer y último lugar, este presunto encubrimiento incluyó el registro de inmuebles pertenecientes a la familia Bárcenas y el volcado de dos teléfonos móviles y un ordenador que fueron intervenidos por los agentes de campo de García Castaño con la ayuda del confidente Sergio Ríos, chófer del extesorero.

El resultado de estas incautaciones, esto es, lo que sustrajeron y no fue judicializado, es en definitiva la prueba clave que podría dar un vuelco a la causa de la 'caja B' (ahora se juzga el pago de la reforma de la sede pero una segunda pieza sigue en instrucción).

Las declaraciones judiciales de Bárcenas, personado como perjudicado en el sumario de 'Kitchen', o los documentos y audios intervenidos a Villarejo permiten realizar una composición aproximada del estado de la situación.

La primera pista sobre el material robado aparece en una conversación entre Villarejo y los empresarios Adrián de la Joya y Alberto Pedraza, quienes comentan que se sacó de un «zulo» información de altos cargos del PP. El «zulo» es el taller de la mujer del extesorero. «Tenemos todas las grabaciones entre Ba?rcenas y el puto Rajoy hablando de toda la mierda», afirma De la Joya. «Pero si es que me ordenaron a mi? y a mi gente quitarla de un agujero», le contesta Villarejo.

Las referencias del empresario fueron detalladas por Bárcenas en su declaración en el juicio de la 'caja B'. A preguntas de su abogado, afirmó que los policías de la 'Kitchen' se llevaron dos audios en su poder: uno sobre Rajoy, en el que se inferiría que conocía estas prácticas, y el otro de Javier Arenas en el que hablarían del pago de sobresueldos.

Ambos negaron en el juicio esta versión, que Rajoy tachó de «demencial». No obstante, en su interrogatorio el extesorero aportó nuevos elementos sobre la hipótesis del robo. Señaló al comisario Andrés Gómez Gordo, próximo a María Dolores de Cospedal, como la persona que se los llevó. «O los ha destruido o debería aportarlos», reclamó al policía investigado en 'Kitchen'. Lo que calla por ahora Bárcenas es si se trataba de los audios originales o de una copia. Si la prueba incriminatoria sigue en su poder o estamos ante una nueva bomba de humo. Veremos.