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Barcelona
Jueves, 23 de septiembre 2021, 20:44
Barcelona celebra este jueves el día de su patrona, la Mercè, cuyas fiestas empezaron este jueves con el tradicional pregón, que como ya se habían encargado de calentar los nacionalistas días atrás, acabó convirtiéndose en un acto de rechazo a la alcaldesa, Ada Colau, silbada ... de nuevo por un grupo de ciudadanos sobre todo en las calles adyacentes a la plaza Sant Jaume. Mientras la líder vecinal, Custodia Moreno, leía su discurso como pregonera, en el interior de la sala más solemne del Ayuntamiento de Barcelona, cientos de personas gritaban «fuera Colau» o «Colau dimisión» en el exterior del consistorio.
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La pitada fue todo menos espontánea, ya que desde el independentismo, especialmente desde las filas de Junts, llevaban días pidiendo a su parroquia que acudiera para mostrar su malestar con la alcaldesa. Desde la oposición en el consistorio, acusaron a Colau de haber dado la orden de blindar la plaza Sant Jaume para evitar las pitadas, que también escuchó en las fiestas de los barrios de Gracia y Sants. En Gracia, tuvo que salir Jordi Cuixart en su ayuda. La alcaldesa negó la orden policial para cerrar la plaza, pero lo cierto es que el público más crítico con la activista de la PAH no fue el que se sentó en la plaza Sant Jaume, sino los que se quedaron en las calles de alrededor. Para acceder a la plaza había que estar apuntado previamente y la Guardia Urbana levantó vallas que impedían el paso. Horas antes de la lectura del pregón, la edil daba por hecho en RTVE que sería pitada. En su discurso, arremetió veladamente contra quienes buscan la «división» y la «confrontación». Pitar a la alcaldesa, no solo desde el independentismo, sino también desde sectores del PP o Ciudadanos, se ha convertido ya casi en una de las citas obligadas del programa de fiestas en Barcelona.
La líder de En Comú Podem se ha convertido en la enemiga pública número uno del nacionalismo. Su reciente rechazo al referéndum -llegó a decir que la gente no está ahora para «tonterías»- le ha situado como una de las dirigentes que más animadversión levanta en el independentismo. Más aún después de dejar al secesionismo sin la alcaldía por llegar a un pacto con el PSC y aceptar los votos en la investidura del exprimer ministro francés, Manuel Valls, que afirmó que entró en la política municipal barcelonesa (ya la ha dejado) con el objetivo de frenar al independentismo.
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