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En medio de la tempestad que ha provocado la declaración en rebeldía de buena parte del bloque conservador y todavía bajo el eco de la amenaza de dimisión lanzada por su presidente, Carlos Lesmes, el Gobierno suavizó este viernes la presión sobre el Consejo General ... del Poder Judicial a la espera de ver si cumple con el plazo legal diseñado por Moncloa y designa el martes a los dos nuevos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponden. A estas alturas, sin embargo, parece improbable, por no decir imposible, que los vocales lleguen a un acuerdo para que el próximo pleno se celebre sin sobrepasar la fecha límite. «Tenemos que dar tiempo a que los vocales del CGPJ hagan su trabajo y cumplan la ley», templó el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.
En la reunión celebrada este jueves, los 18 consejeros y Lesmes acabaron admitiendo que no tendría sentido celebrar una votación sin un acuerdo previo y se centraron en fijar las reglas para elegir a los candidatos del tribunal de garantías, pero sin calendario ni perspectiva de que se pongan nombres encima de la mesa de manera inminente. El siguiente paso es que los sectores conservador y progresista designen a sus interlocutores de cara a una futura negociación que demorará el proceso y hará imposible cumplir la letra pequeña de la contrarreforma del PSOEaprobada en junio en el Congreso y que establece que la designación de los dos magistrados debe realizarse en el plazo máximo de tres meses. Esto es, el 13 de septiembre.
Este bloqueo por parte del CGPJ a la renovación del Constitucional eleva la tensión entre el órgano con el mandato caducado desde más de tres años y el Gobierno de Pedro Sánchez, que no ha nombrado a los dos magistrados que le corresponden hasta que el Consejo no postule a los suyos. Se retrasan así los planes del Ejecutivo de cambiar ya la mayoría conservadora por otra progresista en el Constitucional, que tiene aún que resolver cuestiones como los recursos de la derecha contra la ley del aborto o la legislación sobre la eutanasia.
En Moncloa confían, en todo caso, en que las designaciones no se dilaten para evitar también un choque con el Poder Judicial sin precedentes y de consecuencias incalculables. «Tienen un plazo legal que estableció la ley, están trabajando y desde el Gobierno lo único que deseamos –recalcó Bolaños– es que hagan su trabajo con tranquilidad, sin presiones, y que por supuesto cumplan la ley». El ministro rebajaba así el tono contra el CGPJ, por el que manifestó su «máximo respeto» al tiempo que reclamaba al PP que respete los plazos que marca la ley y se avenga de una vez a renovar el órgano constitucional.
Bolaños cuestionó la carta enviada a primera hora por el vicesecretario de Relaciones Institucionales de los populares, Esteban González Pons, en la que emplaza al Ejecutivo a sentarse a negociar la renovación y reforma del CGPJ y del Constitucional. Un gesto impostado, en su opinión, que no lleva a ningún lado. «Es un intento de aparentar de cara a la galería que quieren renovar. Si quisieran renovar de verdad me pueden llamar por teléfono y en una tarde renovamos el CGPJ», replicó Bolaños desde Logroño.
El ministro de la Presidencia lamentó que el documento de once folios remitido por el PP en julio, «para reforzar la independencia judicial», y que González Pons reiteró en su misiva, esté «lleno de excusas, de líneas rojas y de condiciones». «Yo a esos once folios –subrayó–le respondo a Feijóo con tres palabras: cumpla la ley». «O está usted con el estado de Derecho o está usted insumiso al cumplimiento de la ley y de la Constitución», emplazó una vez más al líder del PP.
Tras el órdago lanzado por Lesmes, Génova decidió mover ficha y llevar la iniciativa para restablecer el diálogo con el PSOE, que se rompió después de que los socialistas registrasen la contrarreforma que devolvía al CGPJ la potestad de renovar el Constitucional estando en funciones. Los populares quieren negociar en bloque el Poder Judicial y el TC, como reiteran en la carta enviada a Bolaños, y se quejan de que tras la renovación que está en marcha el tribunal pasaría a tener una mayoría «abusiva» a favor de los progresistas.
En la misiva, el primer partido de la oposición reitera sus requisitos para renovar el CGPJ, que ya incluía el plan judicial que enviaron a Moncloa en julio, y exige primar en la negociación la búsqueda de perfiles que garanticen su despolitización. De manera simultánea a la renovación, el PP propone impulsar una proposición de ley por vía urgente para reformar la Justicia y «despolitizarla». «No nos escudamos en nuestra discrepancia respecto al modelo para obstruir la renovación del órgano», señalan en el texto.
Feijóo, que ha enviado en paralelo otra carta a Lesmes, acusó al Ejecutivo de intentar controlar el CGPJ a través de una ley inconstitucional vaciándole de competencias y prohibiéndole que ejerza sus competencias. «Esa ley es inconstitucional y el Gobierno lo sabe», afirmó. En Génova defienden que su propuesta debe ser la base de la negociación con Moncloa y avisan de ellos ya han movido pieza. «Si nada les vale de lo nuestro, nada nos valdrá de lo suyo», zanjan.
El PP informó este viernes a la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourová y al comisario de Justicia, Didier Reynders, de su propuesta remitida al Gobierno de Pedro Sánchez con el fin de desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional.
Según confirmaron fuentes populares, el vicesecretario de Relaciones Institucionales, Esteban González Pons, envió sendas cartas a los dos dirigentes europeos para explicarles la situación de la Justicia en España y subrayarles la «vocación del PP» de «avanzar en la despolitización del sistema judicial, de acuerdo a los parámetros de la Comisión».
Pons, que es además vicepresidente del Grupo Parlamentario del Partido Popular Europeo, se refiere así a las recomendaciones propuestas en julio por la Comisión Europea en su Informe sobre Estado de Derecho de 2022 en las que hacía un nuevo llamamiento a España para que procediese a desbloquear la renovación del Poder Judicial y a emprender una reforma para reforzar su independencia.
Como ya hiciera en 2021, Bruselas ha vuelto a dar este año un tirón de orejas a España y le ha instado a modificar de una vez por todas el sistema de nombramiento del CGPJ, para alinearlo con los estándares europeos, de forma que «no menos de la mitad de los jueces sean elegidos por sus pares». También se hacía eco en su infome de la imposibilidad del Consejo para poder designar altos cargos judiciales estando en funciones. Según recogía el documento, el Tribunal Supremo funciona en la actualidad con un 14% menos de jueces de lo que exige la ley, y esto, incidía Bruselas, «podría repercutir en que «emita 1.000 decisiones menos por año, lo que socavaría la eficiencia de la justicia».
Además, en su informe presentado en julio pasado, la Comisión Europea reconoció que había habido cambios para mejorar y aumentar la transparencia en las relaciones entre el Gobierno y el fiscal general, pero reprochó a España la coincidencia de los mandatos.
En los últimos años, las advertencias desde Bruselas por la politización de su sistema judicial y por la independencia en la separación de poderes han sido insistentes. En mayo de 2021 Jourová insistió en la necesidad de reiterar que «el CGPJ funcione, que no sea politizado y que los nombramientos refuercen su independencia». En su paso por Madrid este junio repitió un mensaje similar, avisando de que estará «muy atenta» a lo que sucediese en España porque es algo «prioritario» para la Comisión.
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