Muere Josep Piqué, el empresario que se convirtió en pilar de los gobiernos de Aznar

«Su integridad personal, su fortaleza, su amor por la familia, el trabajo y su lucha por la vida nos van a acompañar siempre», señalaron sus allegados, que precisaron que sus restos fueron trasladados al Tanatorio de la M30 donde serán velados el viernes desde las 9 hasta las 14 horas.

Piqué (nacido en febrero de 1955 en Vilanova i la Geltrú, Barcelona) fue probablemente uno de los políticos más polifacéticos de finales del siglo XX e inicios del actual, además de aceptar sobre todo jugar el papel de 'moderado' en los gobiernos del PP de José María Aznar (1996 y 2003). Pese a su enfermedad y su alejamiento de la política durante los últimos quince años, en los últimos meses, sin embargo, había aceptado la propuesta de Alberto Núñez Feijóo de integrarse en la fundación Reformismo XXI, que pretende recuperar las figuras de antiguos ministros del PP.

Con un pasado político de los más heterodoxo (hijo de alcalde franquista pero militante de juventud del Partido Socialista Unificado de Cataluña, de ideología comunista), antes de entrar en política, este licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y Derecho, ya había sido profesor en la Universidad de Barcelona y había presidido diversas sociedades como Erkimia (1989), Fesa-Enfersa (1991) o Ercros (1992).

Como ministro de Aznar, época más conocida de su larguísima trayectoria profesional, empezó su andadura (aun sin ser militante) como titular de Industria (mayo de 1996-abril de 2000). Continuó al frente de Asuntos Exteriores (abril 2000-julio 2002). Y acabó como máximo responsable de Ciencia y Tecnología (julio de 2002- septiembre de 2003). También fue portavoz del Ejecutivo entre julio 1998 y abril 2000.

Sin duda, fue el tiempo que dirigió la diplomacia española en el que su figura fue más popular dentro del Gobierno, pero también más criticada. Bajo su mandato en Exteriores, España, alejándose de parte de sus socios europeos, vivió un acercamiento máximo a Washington y a la administración de George W. Bush, sobre todo en su posición sobre Irak y Sadam Hussein, que luego en 2003 desembocaría en la guerra.

También fue muy controvertida la decisión de apoyar al presidente de facto de Venezuela Pedro Carmona Estanga, quien ocupó el cargo durante dos días tras el fallido golpe de Estado para derrocar a Hugo Chávez en abril de 2002.

Siempre a petición de Aznar, Piqué aceptó el cargo de presidente del PP de Cataluña en octubre de 2002. Fue el candidato de los populares a las elecciones de 2003 a la presidencia de la Generalitat, pero la apuesta personal de Aznar obtuvo unos resultados decepcionantes. Los populares no lograron el fuerte aumento de votos que esperaban obtener con el gancho de Piqué y su aureola de político moderado y se quedaron en cuarto puesto, por detrás de CiU, PSC y ERC.

El 19 de julio de 2007, Josep Piqué presentó su dimisión irrevocable como presidente del PPC y diputado del Parlamento de Cataluña. En su decisión, sin duda, pesó el hecho de que el entonces secretario general nacional del partido, Ángel Acebes, apartara al equipo de confianza de Piqué del comité de campaña del PP catalán para las elecciones generales.

El 'ministro para todo' de Aznar, no tardó en dar un nuevo giro radical a su trayectoria vital y profesional y el 12 de noviembre de 2007, Piqué volvió a la empresa cuando fue nombrado presidente de la aerolínea de bajo coste Vueling en sustitución de Barbara Cassani.

Tras abandonar la política, compaginó su cargo como presidente de Vueling, puesto que ocupó hasta 2013, con otros proyectos profesionales como Pangea 21, una consultora internacional, o como representante del Estado en el consejo de administración del gigante aeronáutico europeo EADS, a petición del entonces presidente Marian Rajoy. Fue igualmente consejero de Abengoa y de Aena antes de ser nombrado en 2017 presidente de la compañía aeronáutica ITP Aero del Grupo Rolls-Royce.

«Perdemos a un excelente profesional siempre dispuesto a ayudar a su país, un catalán de cepa, gran español y mejor amigo», escribió Feijóo, primero de una larga lista de condolencias.

«Mi cariño y un sentido abrazo a la familia, amigos y compañeros de Josep Piqué. Nos deja un servidor público, un hombre comprometido con la sociedad civil y siempre dispuesto al diálogo», publicó, por su parte, Pedro Sánchez en su perfil de Twitter.

«Siempre recordaré y estaré agradecido por el excelente trabajo que desempeñó en todas las responsabilidades que tuvo que asumir y que ejerció con gran lealtad y brillantez», expresó Aznar.

«La gran distancia ideológica y política con sus posicionamientos no me impide agradecer su trato afable y reconocer la relevancia de su trayectoria política y empresarial», resaltó por su parte el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.