El 25 de marzo de 2019, un mes antes de las elecciones generales de abril, Francisco Martínez tuvo la confirmación a través del editorial de un periódico que no iba a ir en las listas del Partido Popular para el Congreso y el Senado. Tampoco ... lo haría su jefe, el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Ambos por su presunta vinculación -luego reforzada por la investigación- en la 'operación Kitchen'.
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Ese mismo día, el ex secretario de Estado de Seguridad envió un mensaje al teléfono móvil de Teodoro García Egea, secretario general de los populares desde julio de 2018. Martínez le mostró su enfado por esta publicación, no ya porque no fuera a repetir como diputado en las Cortes Generales, sino por la forma que la dirección del partido gestionó su salida.
Así quedó recogido el mensaje en el informe de la Fiscalía Anticorrupción, después de que la Policía Judicial volcase la información del teléfono de Martínez tras el registro del pasado año. «Como te dije (le comenta a García Egea), puedo entenderlo, pero quedarme tirado y marcado como un corrupto por los míos me hace un daño irreparable. Hay opciones de las que podíamos haber hablado. Yo soy comprensivo, leal y comprometido. Precisamente, por eso me he metido en este lío. Por eso y por nada más. Por lealtal al partido, a Jorge Fernández y a (Mariano) Rajoy. La misma que os tendría al presidente (Pablo Casado) y a ti», escribió Francisco Martínez.
De este mensaje se deduce que en marzo de 2019 el número dos del PP conocía de primera mano el «lío» de la 'operación Kitchen', aunque en el informe aportado por la Fiscalía al juzgado no se incluye la respuesta, si es que hubo, que le dio García Egea.
Precisamente, el secretario general fue la persona encargada de reunirse por separado con Fernández Díaz y Martínez cuando se conocieron las primeras informaciones del caso a finales de 2018. Se pactó la estrategia de «aguantar» salvo que aparecieran evidencias irrefutables que pudieran implicar a alguno de ellos en una operación ilegal o «no ejemplar». En diciembre de ese año el propio García Egea, que apenas llevaba cinco meses en el cargo, restó importancia al escándalo. «Tenemos que mirar al futuro. Todas las informaciones serán tratadas bajo la transparencia, la rendición de cuentas y la honradez que caracterizan» a la formación liderada por Casado, dijo en una entrevista.
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