El pasado 8 de septiembre Fernando Grande-Marlaska estampó su firma en la instrucción que dispuso el ingreso en la Orden del Mérito de la Guardia Civil de la artista transformista y referente de la comunidad LGTBI española Manuela Saborido Muñoz, conocida como Manolita Chen. ... El Ministerio del Interior –y así lo recoge el Boletín Oficial de la Guardia Civil de meste pasado martes– ordenó la entrega de la Cruz de Plata del cuerpo a la galardonada con motivo de la de la festividad de Nuestra Señora de la Virgen del Pilar, este próximo 12 de octubre.
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Hasta ahí, la condecoración supondría un reconocimiento del instituto armado a una persona ajena por completo al cuerpo, pero que sí tuvo relevancia pública en virtud de los espectáculos que protagonizó en los años 70 y 80 en favor de la aceptación legal y social de los transexuales. Y que, por su lucha, no siempre recibió en aquellos años el trato adecuado por parte de los guardias civiles.
El problema, y lo que ha levantado ampollas en el cuerpo, no ha sido la motivación que haya llevado a Grande-Marlaska a homenajear a Manolita Chen, sino su pasado delictivo. En marzo de 2005, la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz condenó a Chen a una pena de tres años de prisión y una multa de 1.500 euros por un delito contra la salud pública relacionado con el tráfico de estupefacientes. El juicio contra la acusada, para el que fueron citados 25 testigos, se suspendió finalmente tras alcanzar las partes un acuerdo poco antes de que comenzara la vista.
La defensa consiguió, de esta forma, reducir a la mitad los seis años de cárcel que pedía el Ministerio Fiscal y se aseguraba que la artista, que por entonces se encontraba en prisión preventiva en la prisión gaditana de Puerto II, fuera puesta en libertad en un breve lapso. La sentencia dio por probado que Manolita Chen traficaba de manera habitual con sustancias estupefacientes desde la casa-museo que poseía en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera.
Este pasado delictivo empaña una trayectoria caracterizada por los logros de la ahora condecorada en la lucha por los derechos civiles. Fue reconocida por ser la primera mujer 'trans' a la que se le aprobó el cambio de nombre y sexo en su DNI. Y también fue la primera a la que en 1985 se le reconoció el derecho de adopción.
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La polémica por la medalla a Chen se produce solo unos días después de la polvareda que levantó la decisión de Marlaska de condecorar a Cándido Conde-Pumpido, presidente del Tribunal Constitucional desde el pasado mes de enero, con la Cruz Roja Honorífica del Cuerpo Nacional de Policía, cuando éste, incluso, había sido querellado por uno de los sindicatos del cuerpo, el SUP, por supuestamente haber acusado al cuerpo de no perseguir los delitos. Todos los sindicatos de las institución denunciaron, además, que la condecoración representa un pago de favores por parte del Gobierno.
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