En el Ministerio del Interior las alarmas sobre el repunte de la inmigración clandestina no dejan de sonar desde que a mediados del año 2017 el Mediterráneo Occidental volviera a convertirse en la principal vía de entrada de irregulares en Europa tras bloquearse la ruta ... libio-italiana y la sirio-griega. Pero esas alarmas ahora, a principios de 2019 y tras conocer los datos oficiales sobre el primer cuatrimestre, se están convirtiendo en una estridencia.
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Las últimas cifras no pueden ser más inquietantes: entre el 1 de enero y el 29 de abril, un periodo de habitual relativa calma en el Mar de Alborán y en el Estrecho debido a la mala mar de los meses más duros del invierno, la llegada de 'sin papeles' a las costas peninsulares, baleares, canarias y de las dos ciudades autónomas ha aumentado un «preocupante» 51% con respecto a las cifras de 2018, que ya eran las más altas de la serie histórica desde que ésta comenzó a registrarse hace más de dos décadas.
De acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Interior hechos públicos en los últimos días, en los cuatro primeros meses del año han desembarcado en las playas españolas un total de 6.623 personas, frente a los 4.373 inmigrantes que ganaron las costas nacionales en idéntico periodo de 2018, cuando se batieron todos los récords con 57. 498 'sin papeles' desembarcados, cerca de 18.000 migrantes más que aquel 2006 con la llamada crisis de los cayucos y las llegadas masivas a las islas Canarias.
En los primeros cuatro meses del año han llegado por mar una media de 55 irregulares al día pesar del mal tiempo. Una progresión que de mantenerse -apuntan los expertos de Interior- podría acabar el año con una cifra cercana a los 70.000 irregulares, habida cuenta de que el ritmo de llegada en primavera y verano se duplica o triplica con respecto al de las ultimas semanas de otoño e invierno.
Las últimas cifras y los estudios de los expertos de Interior apuntan a que en este 2019 se podrían reproducir los patrones migratorios que desbordaron los servicios asistenciales el pasado año, aunque hay novedades.
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Es cierto que las costas peninsulares y baleares siguen siendo el epicentro de las entradas clandestinas con 6.158 inmigrantes arribados y un crecimiento del 58% en el número de personas arribadas. Pero llama la atención el incremento del 122% en los cuatro primeros meses del año llegados a las costas canarias, con 234 desembarcados frente a los 105 del año pasado. De hecho, el número de embarcaciones que han ganado las costas de ese archipiélago durante el presente año ha crecido un 242%, pasando de solo siete cayucos en los primeros meses de 2018 a los 24 que han tocado tierra este 2019.
Las estadísticas apuntan a la tendencia, por primera vez, del aumento de tamaño de las embarcaciones en consonancia con lo que venía ocurriendo en las rutas del mediterráneo central (Italia) y Oriental (Grecia). Cifras que revelan la eclosión de embarcaciones de mayor envergadura no solo en Canarias (cayucos) sino también en la península (las tradicionales pateras). En los cuatro primeros meses, en ese periodo en el que ha crecido un 51% el número de inmigrantes, el aumento del número de embarcaciones solo ha sido del 9,8%, pasando del 193 barcos a 212. O lo que es lo mismo: de media cada embarcación transporta este año a 31 clandestino cuando el año pasado esa cifra no pasaba de los 22 pasajeros.
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El aumento disparado de la inmigración clandestina por vía marítima contrasta con la relativa tranquilidad que se ha vivido estos cuatro primeros meses en las ciudades de Ceuta y Melilla, donde el Ministerio del Interior ha puesto toda su atención desde la llegada de Fernando Grande-Marlaska.
El número de entradas irregulares por las vallas de las dos ciudades autónomas ha caído en un 11, 7% en 2019 (un -10,4 en Ceuta y un -12 en Melilla) a pesar de que casi un año después de la promesa de mejorar los perímetros con métodos menos lesivos que las concertinas no ha habido cambios en los vallados.
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De enero a abril han entrado por vía terrestre violentando los perímetros un total de 1.777 subsaharianos (284 en ceuta y 1.493 en Melilla) frente a los 2.013 que habían entrado en idéntico período del año pasado
También han mejorado las cifras en las entradas ilegales por mar a las dos ciudades autónomas. De las 166 personas que entraron por las playas de Melilla en 2018 se ha pasado a solo 51, una caída de casi el 70%. En Ceuta la situación ha sido similar. Solo han entrado por mar a la ciudad autónoma entre enero y abril 180 inmigrantes frente a los 231 que lo consiguieron en idéntico período del año pasado.
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