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Vitoria
Viernes, 24 de abril 2020, 11:27
La nueva normalidad a la que se enfrenta el País Vasco cuando la pandemia vaya remitiendo traerá, en lo político, unas elecciones autonómicas que quedaron aplazadas 'sine die' por la declaración del estado de emergencia sanitaria y del estado de alarma el 14 de marzo. ... Estaban previstas para el 5 de abril, pero nadie sabe cuándo podrán celebrarse. Hoy, el lehendakari Iñigo Urkullu ha anunciado en el Parlamento que el próximo jueves día 30 convocará «una mesa de partidos» para analizar la situación y permitir que los comicios puedan convocarse «en el plazo de tres meses, antes de agosto».
En este sentido, ha señalado que existen «tres razones» que aconsejan «compartir esta reflexión en este momento». Primera, que todos los partidos políticos han expresado su solicitud de comparecencias o de reuniones tanto en el Parlamento como, por otra parte, con otros partidos en sustitución de los grupos parlamentarios.
La segunda, que según las hipótesis que manejan las autoridades sanitarias, «el riesgo de contagio puede estar en sus tasas más bajas en el mes de julio». Por el contrario, el inicio del otoño «podría coincidir con un rebrote de la epidemia y, en ningún caso, contaremos con una vacuna». Esta previsión aconseja estudiar la opción de una convocatoria electoral en el mes de julio.
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Y tercera: la dimensión y profundidad de la crisis demanda contar, cuanto antes, con un Parlamento plenamente constituido y un Gobierno en plenitud de funciones.
«Sabemos que tras la cita electoral se abre un período de semanas dedicadas a la constitución del Parlamento y la conformación del nuevo Gobierno. Hacer coincidir este período con el verano, permitiría retomar cuanto antes la actividad en un momento fundamental para la ejecución del Presupuesto de este año y la aprobación de las directrices económico-presupuestarias del próximo», ha recalcado.
El coronavirus en cifras
En este sentido, ha señalado, que «las consecuencias de esta crisis sanitaria, social y económica van a requerir del diálogo y el consenso. Tanto en el ámbito político, como con el tejido social y con los agentes económicos. Un diálogo que acometer en los próximos meses y que estará vinculado a la renovación de la representación parlamentaria y a la constitución del nuevo Gobierno vasco».
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