El independentismo desafía de nuevo al Estado y se enroca en la autodeterminación

Así, una semana después de que se hiciera público el fallo judicial y en plena ola de disturbios, JxCat, ERC y la CUP acordaron este martes una propuesta de resolución con la que lanzan un desafío al Constitucional, pues vuelven a defender el derecho a debatir sobre la autodeterminación. El Constitucional ha advertido de manera expresa sobre el riesgo penal de incurrir en un delito de desobediencia si se da luz verde a iniciativas parlamentarias que contravengan sus sentencias.

La resolución, tramitada este martes por la Mesa con el apoyo de los comunes, afirma que el Parlament «reitera y reiterará tantas veces como quieran los diputados, la reprobación de la Monarquía, la defensa del derecho a la autodeterminación y la reivindicación de la soberanía del pueblo de Cataluña para decidir su futuro político». Expresa además que el Parlament se «compromete» a seguir aprobado resoluciones sobre la autodeterminación. Y, por tercera vez, la propuesta, que tiene 15 puntos, afirma que el Parlament «reivindica el derecho de los diputados de poder debatir sobre todos los asuntos que interesen a la ciudadanía, incluidos el derecho de autodeterminación, la monarquía y la soberanía». Los letrados de la Mesa del Parlament avisaron de que esta propuesta contradice los autos del Tribunal Constitucional. El presidente de la Cámara catalana, Roger Torrent, afirmó que está dispuesto a «asumir» las consecuencias legales.

En paralelo, Quim Torra, que la semana pasada se sacó de la manga una propuesta para celebrar un referéndum antes del final de la legislatura en 2021 con la que se quedó solo, anunció este martes un acuerdo de su Ejecutivo para buscar una «solución política y democrática» al pleito catalán. Torra reiteró su oferta de iniciar un diálogo «sin condiciones» con Pedro Sánchez. En esa hipotética mesa dejó claro que «defenderá el ejercicio de la autodeterminación».

El presidente catalán llamó este martes por cuarta vez al presidente del Gobierno, que sigue sin ponerse al teléfono, un gesto que para el dirigente nacionalista supone un «desprecio». Le avisó eso sí de que llegaría «tan lejos como la ciudadanía quiera». La distancia entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat es cada vez mayor. El primero habla de crisis de convivencia y de orden público en Cataluña, mientras el segundo sitúa el problema en términos de conflicto político que debe resolverse en un referéndum.

Dos visiones muy alejadas que sitúan la cuestión catalana en el bloqueo institucional. El 'procés' ha dividido a la sociedad catalana en dos, como podrá comprobarse este fin de semana. El sábado, miles de personas acudirán a la manifestación de la ANC, y el domingo otros miles de marcharán contra el secesionismo convocados por Socidad Civil Catalana.

Estas dos grandes manifestaciones se celebrarán en medio de la ola de protestas convocadas por los CDR. Por primera vez, Torra condenó con contundencia la violencia. En una entrevista a la CNN, el dirigente nacionalista afirmó el lunes por la noche que «quien haya cometido un acto violento debe ser castigado». Hasta la fecha, Torra se había limitado a condenar la violencia, en genérico, pero se había negado a admitir que algunos de los manifestantes que se han enfrentado la policía sean violentos. «Se han producido graves incidentes con centenares de heridos y detenidos. Ninguna violencia nos representa», dijo este martes.

Una de cal y otra de arena, porque además de negarse a dimitir, anunció que el Ejecutivo catalán ha instado al consejero del Interior a que abra una investigación interna entre los Mossos por su actuación en las algaradas y «depure» las responsabilidades que sean necesarias. El Govern impulsará además una comisión de investigación en el Parlament sobre los disturbios.