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Junts ha presentado una querella ante el Tribunal Supremo contra el líder del PP, Pablo Casado, por afirmar este viernes que «hay niños a los que se les pone piedras en la mochila por hablar castellano en el patio y que hay profesores con instrucciones ... de no dejar ir al lavabo a algunos menores si lo piden en castellano» por el mismo motivo.
El propio president del Govern, Pere Aragonès, que ha tildado las palabras del dirigente popular de «infames» y le ha acusado de «avivar el odio», ya anunció que la Generalitat estaba estudiando querellarse contra el dirigente popular, algo que acabó haciendo Junts, uno de los dos socios que forman el Govern.
El ministro de Cultura y hasta ayer líder del PSC, Miquel Iceta, prefirió la ironía para rebatir las acusaciones de Casado sobre las supuestas directrices en los colegios. «Que toda España sepa -afirmó- que los niños catalanes hacen pipí» con independencia del idioma que hablen.
Aunque la del independentismo no fue la única critica que Casado tuvo que escuchar. El Gobierno le acusó, una vez más, de anteponer sus intereses personales a los del país. En concreto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado que practica una política de «tierra quemada» desde que Pedro Sánchez aterrizase en la Moncloa en 2018.
Según Montero, la estrategia del líder de la oposición de obstaculizar el camino del Ejecutivo y rechazar todas y cada una de sus iniciativas ha llegado al punto, incluso, de remar en contra de la llegada de los fondos europeos.
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