Cristian Reino
Barcelona
Miércoles, 9 de junio 2021, 11:15
La venganza es un plato que se sirve frío y Junts está cobrando viejas facturas del 'procés' en su pugna con ERC, y de paso está marcando de cerca a Esquerra, que trata de fijar la estrategia independentista. Tras la carta de Oriol Junqueras y ... la posterior réplica de Jordi Sànchez, los posconvergentes recrudecieron este miércoles la guerra contra los republicanos. Salieron con todo: el vicepresidente del Govern, la portavoz en el Congreso, la vicepresidenta del partido y una consejera del Ejecutivo. Los cuatro coincidieron en que el independentismo no puede renunciar a la vía unilateral, en que Junqueras no puede tutelar los movimientos del presidente de la Generalitat y en que tienen un acuerdo de investidura que se debe respetar. Esquerra guardó silencio.
Publicidad
Junts avisó a sus socios que la carta de Junqueras, en la que tacha de inviable e indeseable la secesión unilateral, incumple el pacto entre ambos partidos. Hablar de que uno de los dos se salta el acuerdo de investidura es un paso previo a amenazar con romper la coalición. La CUP ya está en ese estadio y tras la carta de Junqueras amagó con retirar el apoyo al Ejecutivo. El principal problema del mandato de Aragonès, como apuntan fuentes de su entorno, estará en la «convivencia» entre los socios.
Aunque en el independentismo tratan de que las peleas de partido no afecten al Govern, como en la pasada legislatura, el vicepresidente Jordi Puigneró se metió de pleno en la polémica y trasladó el debate al interior del Ejecutivo. «Tenemos un acuerdo que pivota sobre la mesa de diálogo, pero no descarta ninguna vía democrática. Si el Estado no ha renunciado a actuar unilateralmente, no entiendo por qué tenemos que hacerlo nosotros», avisó el número dos del Govern.
De entrada, la trifulca provocada por la carta de Junqueras y la respuesta de Sànchez visualiza que el pacto es muy débil. La tregua apenas ha durado 15 días. Los de Puigdemont se la tienen además jurada a Esquerra y no van a dudar en buscar la revancha. El propio Sànchez reprochaba en su misiva que ERC no ayudó para buscar una vía negociada en octubre de 2017 y recordó las famosas 155 monedas de plata de Gabriel Rufián. Junts asimismo se la tiene guardada a ERC por no permitir la investidura de Carles Puigdemont en la pasada legislatura y por centrar las negociaciones para la investidura de Aragonès en las acusaciones al expresidente de que quería tutelar la presidencia a través del Consejo para la República. Esas acusaciones de tutelaje sobre Aragonès recaen ahora en Junqueras, toda vez que cuando sea indultado cogerá las riendas de la dirección de Esquerra.
Y luego está la cuestión estratégica de la hoja de ruta del 'procés'. Esquerra apuesta por abrir una etapa nueva de distensión con el Gobierno de Pedro Sánchez a través de la mesa de diálogo, a la que dan dos años de margen. Junts y la CUP están de acuerdo. Pero no solo temen que Aragonès acabe consolidándose, sino que su estrategia pragmática acabe imponiéndose sin los resultados de amnistía y autodeterminación que exigen, y que la vía unilateral acabe en un cajón, como apunta Junqueras en su misiva.
Publicidad
En las hostilidades subyace también la pugna entre los presos y el exilio. Junts exige, además de los indultos, una solución para Puigdemont.
Jordi Cuixart, mientras, se convirtió hoy en el primer preso del 'procés' que recurre su condena al Tribunal Europeo de Derechos Jumanos.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.