La denominada 'operación jaula', el dispositivo usado en la lucha antiterrorista para restringir al máximo el paso en carreteras y principales vías de comunicación cuando se producía un atentado o se ponía en marcha un dispositivo de detenciones, tendrá un peso significativo en ... la desescalada de la crisis sanitaria.
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Tal y como ocurriera con éxito durante la pasada Semana Santa, el Ministerio del Interior pondrá en marcha en un plan especial para controlar los movimientos viales en las sucesivas fases de transición que nos llevarán hasta la normalidad, a partir del 22 de junio.
En estas etapas hay un punto clave cuando se abra la circulación en cada provincia durante la segunda fase, esto es, a partir del 25 de mayo. En ese momento se reforzarán los controles en carretera para cumplir con la normativa y prevenir, en la medida de lo posible, el salto entre provincias por parte de los conductores sin causa justificada, según dispone el decreto de estado de alarma.
En este cometido tendrán un papel capital los 9.000 agentes de la Guardia Civil de Tráfico y sus colegas de la Ertzaintza, Mossos d'Esquadra, Policía Foral de Navarra y Policía Autonómica Canaria.
A la espera de que el Ministerio de Sanidad, mando central de la gestión de la crisis, detalle las particularidades de cada fase con respecto a la movilidad vial, Interior contará también para este cometido con el Cuerpo Nacional de Policía (en particular la unidad de intervención UIP), tal y como ocurrió en Semana Santa con los conocidos controles embudo, y la presencia de las policías locales en los puntos de vigilancia urbana.
El ministro Fernando Grande-Marlaska avanzó este miércoles que el Gobierno será «muy estricto» en el cumplimiento de la política de asimetría que va a regir el plan de desescalada, por lo que el control de las carreteras entre provincias tendrá «mucha importancia y una relevancia trascendental para garantizar esa nueva normalidad».
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Para lograr llegar a esa nueva normalidad el 22 de junio, Grande-Marlaska ha apelado a «determinación titánica» de la ciudadanía mostrada hasta ahora y a aumentar la «disciplina» que ha permitido llegar al desescalamiento actual.
«Confío en que el comportamiento nos va a permitir recorrer estas fases de una forma tranquila y alcanzar el objetivo que deseamos hacia nueva normalidad y una nueva realidad», ha continuado el ministro, que ha retirado que la inmensa mayoría está cumpliendo la ley.
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"Todos los agentes trabajan con la conciencia de que el plan tenga éxito. Estamos viendo la luz y controlar la movilidad es más importante, por lo que las fuerzas de seguridad se adaptarán a esta situación con los medios y efectivos necesarios y precisos", ha precisado el ministro, para quien España "es un estado de derecho, no un estado policial". "El elemento más coertivo en españa es la ley", ha enfatizado tras asegurar que las imágenes que se vieron el pasado domingo de aglomeraciones en algunos lugares por la primera salida de los niños no se han vuelto a ver.
Respecto a la reapertura de fronteras, el titular de Interior ha explicado que semanalmente los ministros europeos del ramo se reúnen para abordar este asunto y analizar la evolución de la crisis. El criterio de la Comisión Europea es reabrir cuanto antes pero siempre y cuando los criterios de salud pública «lo permitan».
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