Cecilia Cuerdo
Sevilla
Jueves, 2 de julio 2020, 14:39
Bajada de la tasa de criminalidad por debajo de la media nacional, descabezamiento de las principales bandas de narcos que operaban en el Campo de Gibraltar, 268 toneladas de droga intervenidas y 1.800 de detenidos por narcotráfico y contrabando… Las cuentas le salen ... al ministerio de Interior tras la puesta en marcha, hace dos años, del plan especial de seguridad contra el tráfico de drogas en el área del Estrecho. Tanto que ha provocado que los narcos tengan que buscar nuevas vías menos vigiladas para la introducción de la droga, por lo que el plan se prorrogará ahora hasta diciembre de 2021 y además se expandirá formalmente a Málaga y Huelva.
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La presión policial ha aumentado las operaciones e incautaciones en provincias limítrofes del Estrecho como Huelva y Málaga, pero también Sevilla, con el río Guadalquivir convertido en autopista para las lanchas cargadas de alijos. Cambian las rutas y también las fórmulas eludir la vigilancia, como los barcos de recreo o pesqueros que pasan largas jornadas fondeados en alta mar a la espera de un trasvase de mercancías o la recogida de alijos hundidos. Ante este escenario, explicó el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, se ha decidido ampliar el ámbito de actuación del plan especial a esas provincias. «Son territorios donde ya operan con normalidad las fuerzas de seguridad, cuyas unidades vamos a reforzar y dotar de planes operativos para prevenir que los clanes todavía activos busquen nuevas zonas de actuación, transporte, desembarco y nuevos modus operandi», detalló.
«Hemos conseguido tomar la iniciativa frente a las organizaciones del narcotráfico y quiero lanzar un mensaje claro: no vamos a bajar ni un peldaño la presión policial y judicial sobre ellas», insistió. En este sentido, el responsable de Interior anunció que se dotará el plan de 48,2 millones de euros para recursos humanos y también para medios materiales e investigación, una de las labores fundamentales para acabar con la estructura logística y de blanqueo de ganancias de estas organizaciones delictivas.
Junto a la presión policial, el plan intensificará la colaboración con las autoridades judiciales y el Ministerio Fiscal y se buscará generar mecanismos de colaboración ciudadana con el tejido asociativo y económico de la zona, así como los sectores de la sociedad civil existentes en el territorio, para terminar de cercar a los narcotraficantes en otros ámbitos y ayudar a erradicar su implicación en el territorio.
El plan especial de seguridad se puso en marcha hace ya dos años tras el aumento de la impunidad de los narcos y el hostigamiento a las fuerzas de seguridad. El detonante fue el asalto a un hospital de La Línea para, a palos y empujones, rescatar a uno de los lugartenientes de una de las bandas más activas que había sido arrestado instantes antes. En esa época, era habitual observar desembarcos de droga a plena luz del día, o agresiones a los agentes incluso de paisanos. Y todo, con cierta connivencia de la población, especialmente en los barrios más desfavorecidos, donde el tráfico de drogas se convirtió en la única vía de subsistencia e incluso con ganancias más jugosas que con actividades legales.
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Desde entonces, el balance de resultados es positivo en indicadores clave como número de grupos criminales desarticulados, sospechosos detenidos y droga aprehendida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, resaltó Grande Marlaska este jueves desde Algeciras. Sin embargo, matizó, aún no justifican una reducción de la intensidad de la actividad policial en el Campo de Gibraltar porque «sigue siendo uno de los principales escenarios de actuación de grupos dedicados al narcotráfico y al contrabando».
Según los datos de Interior, en este tiempo el número de personas detenidas asciende a 1.806, lo que supone un incremento del 30,8% respecto del anterior periodo equivalente (agosto de 2016 a mayo de 2018), en el que los arrestados fueron 1.380. El incremento tiene su correlación con la intervención de 268,2 toneladas de droga, 258.300 kilos de hachís, 8.545 de cocaína, 501 de heroína y cantidades menores de otras sustancias. Y la tasa de criminalidad se ha reducido de 45,1 delitos por cada mil habitantes en 2018 a 40,1 en mayo de 2020, por debajo incluso de la media nacional (43,3).
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