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Miles de personas se concentran en Barcelona contra la sentencia del 'procés'.

El independentismo pierde fuerza en su momento clave

La gran manifestación contra la sentencia se queda en 350.000 asistentes, muy lejos de las cifras récord de otras marchas

Sábado, 26 de octubre 2019

El independentismo empieza a dar muestras de cansancio. Al menos en la calle, donde las cifras de las movilizaciones no hacen más que caer de manera continua. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Ómnium Cultural, los dos mayores colectivos civiles secesionistas, pretendían que la ... manifestación de este sábado en Barcelona fuera una de las más multitudinarias de la historia reciente de Cataluña y, sobre todo, la más numerosa protesta contra la sentencia del 'procés'.

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Habían convocado a participar en una marcha «masiva y transversal» contra el fallo del Supremo. Incluso pensaban atraerse a sectores no independentistas pero contrarios al encarcelamiento de los líderes secesionistas. Pero lo cierto es que, tan solo doce días después de conocerse esa resolución, 'únicamente' consiguieron convocar hoy a 350.000 personas, según los cálculos de la Guardia Urbana.

Lejos

Las cifras de esta protesta se quedaron muy lejos de los grandes números históricos del independentismo como cuando el secesionismo sacó a la calle a 1,8 millones de personas en la Diada de 2014, siempre de acuerdo a los cálculos del Ayuntamiento de la capital catalana.

La marcha de hoy ni siquiera logró superar la Diada del pasado septiembre (con 600.000 asistentes) ni tampoco la movilización del viernes de la pasada semana cuando los sindicatos independentistas Intersindical-CSC y la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC) consiguieron reunir 525.000 manifestantes en el centro de Barcelona. Eso sí, aquella protesta tuvo lugar en plena jornada de huelga general (que acabó con gravísimos incidentes y dos policías heridos graves), al margen del hecho de que a aquella manifestación se unieron las cinco marchas por la libertad que durante tres días recorrieron un centenar de kilómetros de la comunidad para mostrar su rechazo a la condena a los líderes del procés.

115 entidades

El independentismo había diseñado la marcha de hoy con especial mimo. A la convocatoria de las dos entidades sociales se habían sumado de forma expresa 115 entidades. Los colectivos políticos, sociales, económico, sindicales, deportivos o vecinales habían movilizado todos sus aparatos (incluido el alquiler de 400 autobuses) para conseguir una participación «masiva», que al final, sin embargo, no batió los récords esperados pero que sí que hizo que se aplazara el 'clásico' entre el FC Barcelona y el Real Madrid en la capital catalana y que se celebrará finalmente el 18 de diciembre.

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La protesta también contó con la colaboración de 'Tsunamic Democràtic', la plataforma investigada por la Audiencia Nacional por sus llamamientos a los sabotajes y que fue el colectivo que promovió la ocupación del aeropuerto de El Prat solo horas después de que el lunes 14 se conociera el contenido del fallo del Supremo.

Llena de símbolos

La manifestación estuvo llena de símbolos. En la cabecera de la manifestación solo estuvo el lema de 'Llibertat', con el que los promotores del acto buscaban atraer a la marcha al mayor número de personas, incluidos sectores no independentistas. Abriendo la protesta se colocaron de manera visible familiares de los nueve presos, acompañados de activistas de colectivos sociales catalanistas. Los representantes políticos, entre los que había diputados y dirigentes de ERC, JxCat y la CUP, ocuparon lugares más discretos, aunque se dejaron ver, entre otros, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, el vicepresidente, Pere Aragonès o el presidente del Parlament, Roger Torrent.

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A las 17 horas la marcha partió de un lugar igualmente cargado de simbología para el independentismo catalán más moderno: la calle Marina, el mismo lugar donde ANC y Òmnium (con sus líderes Jordi Sànchez y Jordi Cuixart ya encarcelados) convocaron el 11 de noviembre de 2017 una gran manifestación, a la que acudieron 750.000 personas, de repulsa por el encarcelamiento el 2 de noviembre de ese año de los consejeros del Govern de Carles Puigdemont por la convocatoria del referéndum ilegal. De nuevo, unas cifras inalcanzables hoy.

Los continuos gritos de «independencia» y reclamando la libertad de los «presos políticos» se dejaron oír durante todo el recorrido, a solo 200 metros del Parlament y muy cerca de la Villa Olímpica donde volvieron a ondear las esteladas.

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Todos los nombres

«Por más sentencias y prisiones, seguiremos adelante», afirmó Quim Torra en la cabecera. «No nos pararemos hasta conseguir la libertad y un referéndum», garantizó por su parte Torrente. «A más represión, más movilización», prometió la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, encargada de leer uno o uno los nombres de los detenidos en las últimas operaciones de la Guardia Civil y en los altercados. Mientras a sus alrededores los manifestantes blandían pancartas con eslóganes como «La prisión no es la solución», «Basta de represión», «Amnistía» o «Spain, sit and talk» (España, siéntate a hablar).

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