Cristian Reino
Barcelona
Lunes, 14 de marzo 2022
Junts y la CUP han criticado este lunes la participación de Pere Aragonès en la conferencia de presidentes autonómicos convocada por Pedro Sánchez en la isla canaria de La Palma y han cargado contra la estrategia de diálogo y mano tendida al Gobierno que defiende ... ERC. Así, los anticapitalistas han llamado a «no estabilizar las relaciones con el Estado como si no existiera un conflicto». El Gobierno defendió ayer que, con la presencia de Aragonès en la reunión, aunque evitara la foto de grupo junto al Rey, escenificó que la relación del Ejecutivo central con Cataluña »ya está normalizada«.
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«Este es el diálogo del Estado», ha afimado la presidenta del Parlament, Laura Borràs. La líder nacionalista ha arropado a la consejera de Cultura, Natalia Garriga, que este lunes declara como imputada por la organización del 1-O. «El Estado sigue sin querer pasar página del 1-O y todos tenemos que ser capaces de recordar qué representa el 1-O. Hay que ver qué es lo que representa el Estado y tener claro, en estos tiempos en que se apela tanto al principio de realidad, cuál es la realidad del Estado. Éste es el diálogo del Estado y ésta es la persecución que desde el 1-O no para», ha señalado Borràs a las puertas del TSJC. Sus palabras iban dirigidas contra la estrategia de Esquerra y del presidente de la Generalitat. Junts sigue sin confirmar si acudirá a la próxima reunión de la mesa de diálogo entre el Gobierno y el Govern, aunque su posición de entrada es my crítica.
Aragonès advirtió a Pedro Sánchez por carta de que su asistencia en La Palma «en ningún caso» debía entenderse como un «paso en la normalización de las relaciones entre las instituciones del Estado y las de Cataluña». «Continúa la represión y estamos lejos de resolver el conflicto político que lleva tiempo esperando una propuesta valiente del Gobierno del Estado que dé respuesta a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía de Cataluña de decidir libremente, democrática y pacíficamente el futuro político del país», remató en la carta. Pero su asistencia, aunque diga que es excepcional y que se justifica por el estallido de la guerra, sí supone un punto de inflexión, pues la silla catalana llevaba diez años vacía en este tipo de foros. Durante todos los años del 'procés', el Govern ha evitado acudir a las reuniones multilaterales de presidentes y Aragonès ha roto esta tendencia, acogida con satisfacción por parte del Gobierno.
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