Cristian Reino
Barcelona
Jueves, 25 de julio 2019, 15:17
Desde la misma noche electoral, la consigna que Oriol Junqueras dio a los suyos fue que Esquerra tenía que ofrecer gratis su abstención a la investidura. Con el objetivo de escenificar el giro hacia el pragmatismo, para marcar distancias con los radicales de JxCat y ... para que Pedro Sánchez no tuviera la tentación de pactar con el PP o Ciudadanos. Los republicanos creen que solo si las fuerzas independentistas son decisivas para la investidura el presidente del Gobierno acabará sentándose en una mesa.
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Sin embargo, en septiembre, en cuanto se acerque la Diada del 11-S y sobre todo cuando se conozca la sentencia del Supremo todo en la política española y catalana se pondrá al rojo vivo. Ese fue el avisó que lanzó este jueves el portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, tanto a Pedro Sánchez como a Pablo Iglesias. ERC tuvo este jueves que escuchar de todo por abstenerse desde el mundo secesionista. En septiembre la presión será casi insoportable. «Será muy complicado hacer política», advirtió Rufián. El dirigente republicano, que actuó ayer de mediador entre socialistas y morados, fue muy crítico con Sánchez y con Iglesias. «Se arrepentirán», avisó. ERC habló de error histórico, de derrota de la izquierda, que podría conceder una segunda oportunidad a la derecha. «Debería darles vergüenza», remató.
ERC se abstuvo por «responsabilidad», mientras que JxCat votó en contra. «Tenemos presos políticos, pero usted es un político preso por la prepotencia. Cuando deje de decir no y nunca a las aspiraciones de los independentistas, nos encontrará», afirmó Laura Borràs. En JxCat, llevan semanas criticando a los republicanos por querer facilitar gratis la investidura de Sánchez. La consigna de Torra y Puigdemont es el bloqueo, salvo que Sánchez se avenga a admitir una mesa en la que se pueda abordar el derecho de autodeterminación. La votación de la investidura escenificó la situación en que se encuentra el secesionismo catalán. ERC y JxCat son socios en el Gobierno catalán, pero ni comparten proyecto ni estrategia. Mientras los primeros abogan por hacer política y buscar una salida al pleito catalán, los postconvergentes están por el bloqueo y por el 'cuanto peor mejor'.
Esta doble forma de afrontar la etapa 'postprocés' se acentuará cuando tengan que pactar una respuesta a la sentencia del Supremo contra los líderes soberanistas. Mientras el soberanismo catalán votó de forma diferenciada, el nacionalismo vasco coincidió en el sentido de su voto y tanto PNV como EH Bildu se abstuvieron, como ya hicieron el martes.
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