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En la sede nacional de Podemos, en la calle de Princesa en Madrid, se siguió con mucha atención la intervención de Pedro Sánchez. Cuando acabó, la sensación que flotaba en el aire era de escepticismo. En el partido morado dan poca credibilidad al discurso del ... líder socialista porque, como dijo Pablo Iglesias antes de la presentación de la oferta del programa, «las palabras se las lleva el viento».
Unidas Podemos dará este miércoles una primera respuesta a la propuesta de Sánchez, no está decidido si será el secretario general del partido u otro miembro de la dirección el que hable. Pero lo que tienen claro los dirigentes morados es que van a hablar con los socialistas de su oferta, pero también quieren negociar los términos del gobierno de coalición. Los argumentos de Sánchez para arrinconar esa posibilidad no han hecho mella entre los de Iglesias, que volverán a plantearla en la reunión que mantendrán mañana los equipos negociadores. «Queremos un negociación integral», reiteraron fuentes de la formación morada.
El PSOE hizo llegar este martes el documento a sus interlocutores y los responsables de las diferentes áreas abordadas en el texto estudiaron con sus equipos las medidas. Fuentes de la formación morada subrayaron que ellos analizan a fondo la oferta, a diferencia de los socialistas, que despacharon en dos horas una contestación desdeñosa y negativa a un documento de 120 páginas que les hizo llegar Unidas Podemos el pasado 20 de agosto.
Con todo, hubo algún dirigente, como el secretario de Comunicación, Juanma del Olmo, que no esperó a hacer esa lectura reflexiva y señaló este martes mismo en su cuenta de Twitter que la propuesta verbalizada por Sánchez «es del 19 de junio. De hace dos meses y medio». Se refería a que fue una de las primeras que se puso el líder del PSOE sobre la mesa en las negociaciones iniciales de la investidura fallida de julio. Ya entonces fue rechazada por Iglesias.
El líder de Unidas Podemos, aún sin conocer el texto completo, señaló en TVE que, en principio, «suena bien», pero exigió «garantías» para el cumplimiento de esas medidas. Una demanda a la que respondió horas después el líder del PSOE con la oferta de un triple mecanismo de supervisión. Fiscalización reforzada a la que tampoco dieron mucha credibilidad en Podemos porque, y recordaron palabras de su secretario general en la cadena pública, en los documentos «caben todas las palabra bonitas», y otra cosa es su plasmación en la realidad.
El líder de Unidas Podemos se aferró a su demanda de gobierno de coalición porque las medidas que se pactan requieren «un equipo» que las lleve a cabo, y eso solo se logra con un gobierno de coalición. Los monocolores, subrayó, «incumplen su programa» porque no tienen a nadie que haga de contrapeso y exija el respeto a lo comprometido.
Iglesias, por lo demás, recurrió de nuevo al argumento de «la humillación», de la que fue objeto él mismo cuando Sánchez vetó su entrada en el Gobierno, y la que se pretende imponer ahora a «los 3,7 millones de votantes» de Unidas Podemos al negar la coalición gubernamental. «Ya hemos aceptado suficiente humillación», se quejó.
La formación morada no va a renunciar a cogobernar con los socialistas, aseguraron fuentes de la dirección del partido. El PSOE lo va a poder comprobar cuando Pablo Echenique, jefe de los negociadores de Podemos, se lo traslade este jueves a su homóloga, la vicepresidenta Carmen Calvo.
Si no hay avances en la coalición para gobernar, será irrelevante que haya entendimiento sobre las medidas porque lo uno va ligado a lo otro, argumentan en el partido que lidera Iglesias, que, pese a todo, aguarda con expectación la cita de este miércoles.
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