Cristian Reino
Barcelona
Viernes, 13 de diciembre 2019, 18:43
La antigua Convergència se resiste a quedar fagocitada por el proyecto de Carles Puigdemont, pero poco a poco se va resignando. El PDeCAT, la formación heredera de CDC que impulsó Artur Mas para hacer borrón y cuenta nueva tras los escándalos de corrupción que salpican ... a la familia Pujol y el caso Palau, dio este viernes los primeros pasos hacia una muerte dulce que acabará con su absorción por parte de la marca JxCat, que controla el expresidente de la Generalitat.
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El partido nacionalista, que celebra mañana su consejo nacional, someterá a su militancia la decisión de la dirección de «transitar» hacia la integración en JxCat junto a la Crida. Y es que la militancia pide que se acabe con la confusión de siglas. Así, el PDeCAT es el partido que surgió de CDC, JxCat es la marca con la que concurren a las elecciones y la Crida es la formación que impulsaron Puigdemont, Torra y Sànchez para fagocitar al PDeCAT y dar cabida a sectores de centro izquierda.
De momento, el PDeCAT no aclara cómo será la integración, pero ya da algunas pistas cuando dice que el proyecto, no sus siglas, deben ser pieza clave en JxCat y cuando admite que solo tiene que haber una «única estructura» de partido y reconoce el liderazgo del expresidente catalán Carles Puigdemont.
El presidente de la formación, David Bonvehí, dijo que la disolución no está en estos momentos sobre la mesa. Su apuesta es mantener las siglas hasta que configure la estructura y el organigrama de JxCat. Esa es su baza negociadora con Puigdemont. Mientras que la vicepresidenta, Miriam Nogueras, fiel a Puigdemont, la contempló de inmediato.
Las tensiones en el independentismo de centro derecha son muy fuertes desde que Artur Mas cedió el paso a Carles Puigdemont en 2016. En el PDeCAT han coexistido diferentes sectores: los fieles a Puigdemont apuestan por mantener el desafío unilateral contra el Estado y abogan por bloquear la gobernabilidad en Madrid. Los moderados se desmarcan de la vía radical y creen que, como ERC, el partido debe favorecer la investidura. En función de cómo acabe formalizándose la integración en JxCat, existe el riesgo de escisión por parte de los posibilistas.
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