La guerra interna en Junts amenaza la estabilidad del Govern de Aragonès

El presidente de la Generalitat, de visita a Aran (Lleida), eludió este viernes la polémica y trató de que no salpique a su Ejecutivo. Esa es una de sus primeras tareas, ya que tanto Junts como la CUP amenazan ya la estabilidad del Govern, al acusar a Junqueras de incumplir el pacto de investidura. Si los sectores que mueven la silla a Sànchez lograran descabalgarle de la secretaría general de Junts provocaría una crisis profunda en el Gobierno catalán, ya que el expresidente de la ANC fue el principal valedor del pacto con ERC y defiende la vía de distensión puesta en marcha entre el Gobierno central y la Generalitat. En la práctica, las hostilidades en Junts son una pugna entre los pragmáticos y los duros. Los primeros, como Jordi Sànchez, aseguran que el 1-O fue un instrumento para tratar de sentar a Mariano Rajoy a negociar la autodeterminación, mientras que los unilateralistas insisten en que fue un referéndum con todas las de la ley y que de él deriva un mandato para hacer la independencia.

La discusión, en ocasiones bizantina, ha partido Junts de lleno y ha sacado a la superficie no solo la lucha por el poder interno, sino la batalla que hay en el independentismo entre los que apuestan por hacer política, tender la mano al Gobierno y abrir una etapa de diálogo, a partir de los indultos, frente a los que se mantienen en posiciones rupturistas del cuanto peor, mejor. Por una lado, Jordi Sànchez; por el otro, todos los pesos pesados de la formación de Puigdemont y que además renunciaron a formar parte del Ejecutivo con ERC: Elsa Artadi, Josep Rius, Laura Borràs o el expresidente Quim Torra. Durante la negociación para la investidura de Pere Aragonès y el acuerdo de gobierno con ERC, sectores del partido ya salieron en tromba para denunciar lo que consideraban un excesivo protagonismo por parte de Jordi Sànchez en las conversaciones y en la toma de decisiones. Esos mismos sectores piden ahora su cabeza, tras cuestionar el 1-O. «El 1-O fue concebido más para forzar al Gobierno español a abrir una vía de diálogo y negociación para conseguir un referéndum acordado que para proclamar efectivamente la independencia», afirmó Sànchez en el 'Ara'.

Esta semana, le han replicado desde Elsa Artadi, Josep Rius o la portavoz del partido en Madrid, Miriam Nogueras o Quim Torra y hasta la ANC. Carles Puigdemont, en cambio, ha guardado silencio.

Tras las críticas en público, hay sectores del partido que han impulsado ahora una documento en el que piden firmas para que ya este próximo lunes, en el consejo nacional, Sànchez ponga su cargo a disposición del partido. Sus detractores le reprochan su perfil socialdemócrata (fue próximo a Iniciativa per Catalunya en el pasado) y le acusan de haberse distanciado con Puigdemont, quien le situó como hombre fuerte de la formación, hasta el punto de «volar los puentes» con Waterloo.