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España alcanzó esta tarde un acuerdo para trasladar a Senegal a los 168 inmigrantes que fueron rescatados el pasado jueves por la patrullera Río Tajo en aguas territoriales de Mauritania. Tras cuatro días embarcados por la negativa de las autoridades del país subsahariano a recibir ... a los migrantes, las gestiones diplomáticas del Gobierno surtieron efecto y finalmente el puerto de San Luis –al norte del país– será el que los reciba en las próximas horas, según confirmaron fuentes del Ministerio del Interior.
La embarcación de la Guardia Civil estaba fondeada en la bahía de Nuadibú, capital económica de Mauritania, desde el jueves. La negativa a su atraque en el puerto se debe, según fuentes conocedoras de la negociación, a que el Gobierno de Mohamed Ould Ghazouani consideraba que la patrullera no llevaba un gendarme nacional en la patrullera española para verificar la situación del rescate, tal y como estipula el convenio de vigilancia mixta entre ambos países.
Del mismo modo, las autoridades mauritanas defendieron en la negociación que están colaborando con eficacia en la lucha contra el tráfico de personas desde sus costas y el dato objetivo radica en que se ha reducido de manera significativa las salidas de cayucos y otras embarcaciones a Canarias. Una ruta que las organizaciones criminales han derivado a la costa senegalesa, origen de la embarcación rescatada por la Guardia Civil el pasado jueves y cuyo país atraviesa una importante conflictividad social e inestabilidad política.
De hecho, España mantiene desde hace una década un convenio con Mauritania que permite la devolución en sus puertos de cualquier migrante, sea cual sea su nacionalidad, siempre y cuando haya salido de sus costas o transitado por su territorio –el país subsahariano recibe más de 10 millones de euros anuales para que colabore en el control de la inmigración irregular–.
Fuentes de la Guardia Civil confirmaron a este periódico que la barcaza de madera con los 168 inmigrantes salió de Senegal y fue interceptada por el Río Tajo cuando ya estaba a más de 80 millas náuticas –148 kilómetros– de las costas mauritanas en dirección a Canarias, desde donde había salido la embarcación española. Dada la situación de tensión generada por la larga espera para desembarcar, el mismo sábado se decidió reforzar el número de agentes –se sumaron 16 a los 20 que ya iban a bordo– en el buque, movilizando a efectivos destinados en el destacamento de Nuadibú. Antes había tenido lugar algún episodio de tensión por los que los agentes del Instituto Armado se habían visto obligados incluso a disparar al aire para evitar un posible motín. Ahora mismo agentes y migrantes, con el rumbo ya fijado hacia San Luis, se encuentran en compartimentos distintos.
No obstante, desde el ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska insistían esta tarde en que la situación es de «tranquilidad» y que se ha atendido a estas personas con comida y medicinas. También recalcaban que los inmigrantes rescatados habían recibido atención médica por parte de la tripulación –había casos de deshidratación severa, golpes de calor y lesiones por la navegación en el cayuco– y que la Guardia Civil incluso habilitó un sistema para que, por turnos, los rescatados pudiesen contactar con sus familiares –además de instalar toldos en la cubierta para proteger del sol a las personas auxiliadas y no parar de navegar en la bahía para facilitar que la brisa marina aminorase las altas temperaturas–.
#ÚLTIMAHORA| Máxima atención y apoyo en estos momentos desde AUGC a nuestros compañeros que se encuentran fondeados con la Patrullera Río Tajo en bahía de Nouadhibou con 170 inmigrantes rescatados en cayuco.
— AUGC Guardia Civil 🇪🇸 (@AUGC_Comunica) August 26, 2023
Autoridades de Mauritania no permiten el desembarco de rescatados. pic.twitter.com/vKtEw3CcyQ
Aunque algunas informaciones señalaron que la patrullera pondría rumbo a Canarias, con agentes y migrantes a bordo, el Ministerio del Interior lo negó de forma tajante. Y desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denunciaron las «condiciones penosas» que han tenido que soportar los agentes y los migrantes, los cuales no han tenido otra opción que hacer sus necesidades en cubos durante los más de cuatro días de espera.
Una situación que desde la AUGC achacaron a la falta de cooperación de Mauritania –a pesar de que en teoría la colaboración en este frente con España es «excelente», según Interior–. «La seguridad a bordo y la falta de higiene puede agravar la situación», sostenían ayer desde el sindicato. De hecho, en su propia cuenta oficial de X, antes Twitter, la asociación llegó a asegurar hoy que las negociaciones entre la agencia europea Frontex y las autoridades mauritanas estaban siendo «infructuosas».
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