Carles Puigmont, en el Parlamento Europeo. EFE

ERC acusa a Puigdemont de tratar de torpedear sus negociaciones con el Gobierno

Los socialistas desvinculan cualquier contacto con el expresidente fugado a Waterloo con los cambios en el delito de sedición

Cristian Reino

Barcelona

Lunes, 31 de octubre 2022, 11:34

Si ya son delicadas las negociaciones entre el Gobierno central y la Generalitat para reformar el delito de sedición -por el momento, por lo que implican y a quién favorecen y por sus consecuencias-, la irrupción en escena del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ... las ha complicado aún más. El dirigente nacionalista, que sería uno de los posibles beneficiados de una reforma del Código Penal, siempre y cuando aceptara regresar de Waterloo y ponerse a disposición de la justicia, desveló el domingo contactos con emisarios del PSOE para ofrecerle «expectativas de un buen trato» judicial. Puigdemont es el enemigo público número 1 de la política española y la mera insinuación de que el Gobierno pudo intentar negociar sobre su situación judicial ha provocado una nueva tormenta, con acusaciones a Sánchez de ofrecer «privilegios a los golpistas».

Publicidad

Los socialistas no niegan los contactos, pero señalan que la reforma del delito de sedición no se plantea en «beneficio de nadie» en concreto, sino para ajustarlo a los estándares europeos. La Moncloa no aclaró si existieron esas conversaciones ni quién las protagonizó, pero sí dijo que «ese señor que se encuentra fugado del país -Puigdemont- tiene que venir a España para cumplir con la justicia y rendir cuentas».

El PP exigió la comparecencia en el Congreso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; del ministro para la Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra de Justicia, Pilar Llop, para que expliquen sus compromisos «personales con los prófugos de los que dependen».

Los populares dieron toda la credibilidad al dirigente nacionalista, que intenta de nuevo torpedear la estrategia del Govern catalán, como ya hizo al inicio de la legislatura tratando de dinamitar el acuerdo entre ERC y Junts, y más tarde boicoteando la mesa de diálogo y propiciando la ruptura del Ejecutivo catalán. En las filas republicanas siempre han acusado a Junts y a Puigdemont de querer descarrilar la mesa de diálogo para que Esquerra rompa con el Gobierno central y regrese a la vía de la confrontación unilateral.

Desde el Govern se mostraron este lunes desafiantes con el expresidente de la Generalitat y le advirtieron de que «no conseguirá» frustrar las negociaciones, de las que dependen también los Presupuestos. El Gobierno catalán, a través del consejero de Universidades, Quim Nadal, ninguneó al dirigente soberanista, negándole la legitimidad presidencial que le otorgan sus fieles en Junts. «El presidente legítimo es un episodio de hace cinco años», aseguró en RTVE.

Publicidad

Beneficiar a Junqueras

La réplica del entorno del expresidente calentó aún más el ambiente. La teoría que hicieron circular los colaboradores del líder de Warterloo afirma que la reforma del delito de sedición lo que busca a la postre es beneficiar a Junqueras y favorecer su regreso a la política. El exvicepresidente fue indultado el año pasado, pero aún está cumpliendo la pena de inhabilitación. Según los junteros, la reforma del delito de sedición permitiría a los indultados rebajar las penas de inhabilitación y en consecuencia propiciar a Junqueras presentarse a las próximas elecciones catalanas.

El PP pide a Sánchez, Bolaños y Llop que comparezcan para dar cuenta de los «acuerdos» con Puigdemont

El futuro del expresidente de la Generalitat es incierto pacten lo que pacten Sánchez y Aragonès. Puigdemont rechaza la reforma del delito de sedición. Su partido asegura que solo acepta la derogación del delito y cree que lo que Gobierno y Govern buscan es que regrese para entregarse en el Supremo y hacerle «escarnio público», según señaló Xavier Trias, en Catalunya Ràdio.

Publicidad

En el entorno de Puigdemont volvieron este lunes a alimentar la especulación de su posible regreso. Siempre será una decisión personal, salvo que la justicia europea fuerce a Bélgica a extraditarle, lo cual no ha ocurrido hasta ahora en cinco años. El expresidente de la Generalitat, en cualquier caso, basa su estrategia política, que llama a la confrontación contra el Estado, en su causa personal. Su objetivo es regresar, tras derrotar al Estado en las cortes de justicia europeas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad