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La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González-Laya, restó este martes importancia al hecho de que Pablo Iglesias no vaya a acudir finalmente, como estaba previsto, a la cumbre bilateral con Marruecos prevista para el próximo jueves 17 en Rabat. La jefa de la ... diplomacia española desvinculó esa ausencia del malestar provocado por la posición del líder de Unidas Podemos respecto al Sáhara y aseguró que el país vecino tiene «muy claro» dónde está España en este asunto.
El vicepresidente del Gobierno publicó un tuit el pasado 15 de noviembre, justo al calor del recrudecimiento de las hostilidades entre Marruecos y el Frente Polisario, en el que recordaba la literalidad de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de 1995 en la que se instaba a la celebración inmediata de un referéndum de autodeterminación en la excolonia española. Y tanto González Laya como la ministra de Defensa, Margarita Robles, se apresuraron a advertir de que la política exterior la definen el presidente del Gobierno y el Ministerio de Asuntos Exteriores.
«La postura de España sobre el Sáhara Occidental es clara y no ha cambiado, que yo sepa en los últimos 20 años . Y, por cierto, el vicepresidente también ha expresado de manera muy clara que son las resoluciones de Naciones Unidas las que cuentan», dijo la ministra en la Ser para quitar hierro al roce. «Me parece que está bastante claro, por lo menos -subrayó de manera expresa- está bastante claro para Marruecos que es lo importante».
En realidad, la ONU lleva años, desde 2007, evitando hacer alusiones a un referéndum de autodeterminación en el Sáhara y España sigue sus pasos. De hecho, el Gobierno no cierra la puerta a una solución distinta para el conflicto, como la autonomía que ofrece el reino marroquí, si las dos partes se ponen de acuerdo.
La discrepancia entre los dos socios de coalición es obvia y, no en vano, González Laya ya tuvo que asegurar a Marruecos que el actual Ejecutivo sigue sin reconocer la república saharaui, después de que el secretario de Estado de Asuntos Sociales y número dos de Iglesias en su departamento, Nacho Álvarez, recibiera como «ministra» a una representante del Polisario, Suilma Hay Emhamed Salem, el pasado febrero.
Esta vez, aun así, no habrá conflicto interno por la exclusión de Iglesias del viaje a Rabat -como ocurrió con la comisión de los fondos de ayuda europea- porque el propio líder de Unidas Podemos se mostró conforme. La razón oficial de su ausencia es que la situación sanitaria de Marruecos, con las fronteras cerradas a causa de la covid-19, obliga a reducir la delegación española a los ministerios que firmarán memorandos de entendimiento. Pero con ese argumento el vicepresidente evita el problema de decir lo que su electorado quiere oír y generar un incidente diplomático, o no decirlo y ser acusado de guardar un silencio cómplice.
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