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El candidato del PP al Tribunal Constitucional, Enrique Arnaldo, en el Congreso durante su examen de idoneidad el pasado 2 de noviembre. EP
El Gobierno se emplea a fondo para anular la presión de sus aliados contra Arnaldo

El Gobierno se emplea a fondo para anular la presión de sus aliados contra Arnaldo

Los disidentes de PSOE y Unidas Podemos buscan 33 apoyos para frustrar la designación del candidato del PP

Miércoles, 10 de noviembre 2021, 19:06

El Gobierno se encontró este miércoles con una inesperada presión de sus aliados habituales para impedir que Enrique Arnaldo se convierta en magistrado del Tribunal Constitucional durante los próximos nueve años. Si ya era plato de difícil digestión asumir al candidato del PP, PSOE y ... Unidas Podemos tuvieron que aguantar que desde Ciudadanos hasta Esquerra les leyeran la cartilla por avalar la nominación.

El debate de este miércoles sobre las últimas reuniones del Consejo Europeo fue la tribuna escogida por los aliados gubernamentales para azuzar a los socios de la coalición. «Si hay un candidato que no cumple con la idoneidad, no lo voten. Y hay quien habla de una pinza en la nariz. Ni con escafandra van a dejar de oler el hedor de esta infamia», reprochó Inés Arrimadas. «Lo del PP con el señor Arnaldo no tiene nombre. Plántense un poquito, aunque sea de vez en cuando», añadió Gabriel Rufián. «¿Por qué mañana (hoy) se van a comer el sapo que les ha puesto el PP encima de la mesa? ¿Por qué no tenemos todos un poco de decencia y votamos con el corazón?», remató el portavoz de Compromís Joan Baldoví. El PNV no se sumó al coro pero no participará en la votación. El PSOE «ha hecho un mal negocio», pero «ellos sabrán», dijo su portavoz, Aitor Esteban.

«El deber del Gobierno es salvar el acuerdo para renovar las instiuciones», aseguró Sánchez

La presión llegó a un punto tal que Pedro Sánchez tuvo que salir al quite ante el temor de que las pullas surtieran efecto entre los numerosos diputados socialistas y morados disconformes con el aval al letrado de las Cortes que ha incluido el PP en su cuota para renovar la corte de garantías. El presidente del Gobierno admitió que no le gustaban «algunos de los candidatos que ha propuesto» el partido opositor. Pero su «deber», advirtió, es «salvar el acuerdo para renovar las instituciones constitucionales». Una elipsis para defender que hay un bien superior, la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que obliga a aceptar un candidato tan controvertido como Arnaldo. El jurista tiene vínculos con el PP y la fundación FAES, y su despacho profesional ha tenido relaciones mercantiles con administraciones regidas por los populares, entre otras actividades de dudosa imparcialidad.

Responsabilidad y zozobra

Sánchez, además, quiso ponerse la venda antes de la herida y agradeció «la responsabilidad» de los grupos parlamentarios socialista y de Unidas Podemos en la votación que se celebrará este jueves en el Congreso para avalar a los cuatro candidatos para el Constitucional propuestos por el PSOE y PP. En la Moncloa reinaba la tranquilidad sobre la disciplina de voto, pero los movimientos y declaraciones de las últimas horas han traído cierta zozobra.

Por ahora, dos diputadas moradas, Gloria Elizo y María del Carmen Pita, han anunciado que votarán en contra. En el grupo socialista están expectantes con lo que vaya a hacer Odón Elorza, que este martes aseguró que votaría a favor con «la nariz tapada», pero este miércoles sembró las dudas al anunciar que votaría «en base a mis principios», aunque también «con responsabilidad». El exalcalde donostiarra mantuvo una posición muy crítica con Arnaldo durante el examen de idoneidad de los candidatos de la pasada semana y la dirección del grupo socialista ha decidido que no sea su portavoz en el debate de este jueves.

Este incipiente movimiento disidente tiene pocas posibilidades de triunfar. Los candidatos necesitan el respaldo de al menos 210 diputados, cifra que se alcanza con facilidad con los 120 escaños del PSOE, los 88 del PP, y los 35 de Unidas Podemos. Suman 243. Los disidentes necesitarían que 33 diputados de la mayoría cambien de postura. Misión imposible, pero un voto de castigo apreciable tendría un impacto negativo para el Gobierno.

El toque a rebato de Sánchez a los socialistas también se produjo en las filas moradas. El ministro y coordinador de IU, Alberto Garzón, afirmó que Arnaldo «está muy lejos» de la imparcialidad exigible y de las preferencias de Unidas Podemos. Pero anunció que su grupo votará a favor de su elección porque es «la mejor de las alternativas disponibles» para renovar todos los órganos constitucionales. Garzón salió a la palestra tras escuchar las palabras de Yolanda Díaz. La vicepresidenta alimentó la disidencia interna con su denuncia de que el candidato del PP «pone en peligro» la independencia del tribunal.

Lo que más inquieta al Gobierno no es tanto la rebeldía interna, como la ausencia de garantías por parte del partido de Pablo Casado de que la elección de Arnaldo facilitará la renovación del Consejo del Poder Judicial, el verdadero objeto del deseo de las negociaciones. «Las negociaciones siguen con discreción», es lo único que transmiten desde la Moncloa.

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