El estado de alarma se mantendrá, como mínimo, hasta mediados de mayo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya abrió esa puerta la semana pasada cuando aseguró que estaba convencido de que tendría que volver a pedir en el Congreso una prórroga más. Incluso ... la Cámara baja ya ha reservado fecha para ese debate. El jefe del Ejecutivo podría aprovechar su comparecencia el 22 de abril para informar sobre el Consejo Europeo para solicitar que el confinamiento se alargue otros quince días más. Pero, de momento, el Gobierno no quiere adelantarse a los acontecimientos. «Aun no está decidida. Es probable que así se produzca», apuntó este jueves la ministra portavoz María Jesús Montero.
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El Ejecutivo tendrá que escuchar primero a los «técnicos» antes de decidir si es conveniente pedir una tercera prórroga. En todo caso, Sánchez y su gabinete confían en contar de nuevo con el suficiente respaldo parlamentario. De momento, el presidente no ha sondeado al resto de las fuerzas políticas. Esperará a que termine la ronda de contactos para encarrilar la economía española con unos nuevos pactos de la Moncloa antes de negociar los apoyos. El del PP se antoja difícil.
El principal partido de la oposición exige al Gobierno que deje de tomar medidas de forma unilateral y levante el teléfono para hablar con ellos. En este mes de confinamiento, Sánchez solo ha hablado en dos ocasiones con Pablo Casado y poco más de cuatro minutos. Los populares acusan al Ejecutivo de «generar desconcierto» con su «improvisación», como volvió a ocurrir el domingo pasado, cuando aprobó nuevas medidas para la vuelta a la actividad no esencial el lunes.
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La formación de Casado pide más «transparencia» en la gestión de la crisis y conocer los informes de los expertos antes de dar nuevos pasos. Los conservadores insisten en saber cómo, cuándo y en qué condiciones se va a llevar a cabo la salida de los hogares. «En estos momentos, un francés tiene perfectamente establecido un calendario de los pasos que se van a ir dando y en España sólo sabemos que ustedes nos meten cada vez en un nuevo fregado de incertidumbre», le reprochó la diputada del PP, Cuca Gamarra al responsable de Sanidad, Salvador Illa.
El Gobierno lleva semanas trabajando en la desescalada. La vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, pilota un comité de expertos que será el encargado de guiar la salida gradual del confinamiento y que se hará de forma consensuada con las comunidades autónomas. Encima de la mesa hay varios escenarios, pero en todos ellos está clara la idea de que será gradual y no será a distintos ritmos. «Cuando tengamos un planteamiento maduro para darlo a conocer lo haremos, no antes», insistió Illa.
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El coronavirus en cifras
Los expertos creen necesario que antes de empezar esa etapa de «desescalada o transición», que durará meses, se conozca el resultado del estudio de seroprevalencia que tiene como fin conocer el porcentaje de la población que ha pasado la Covid-19 y, por tanto, es inmune. Los primeros resultados de ese trabajo, que testará al menos a 62.400 personas de todas las comunidades y provincias, no se conocerán hasta mayo.
El Ejecutivo tiene miedo de que las medidas de confinamiento y de distanciamiento social se relajen al hablarse tanto de la siguiente etapa de desescalada. Porque la relajación implicaría, según los expertos, un paso atrás, una vuelta a los contagios y a la saturación de los hospitales. «Probablemente haya que ser especialmente cautelosos», insistió la postavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
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