El alcalde de La Línea avisa de que fuel del buque semihundido ha llegado a la costa

El alcalde de La Línea, Juan Franco, mostró su preocupación por la llegada de los residuos y explicó que se ondeó la bandera roja para evitar que los bañistas accedieran al mar, pero aclaró que «ahora mismo no es una tragedia». «Lo importante es retirar los materiales que tiene el barco dentro y dejarlo vacío. Si eso ocurre, el primer problema se habría solventado y esto sería simplemente los restos del escape», agregó Franco.

La batalla contra la posibilidad de que se produzca una marea negra en la Bahía de Algeciras se libra a 700 metros de la costa de Gibraltar, donde permanece varado el OS 35, que navegaba con 250 toneladas de gasóleo, 27 toneladas de aceite lubricante y 215 toneladas de fueloil pesado, un combustible para barcos pesado y difícil de retirar. El Gobierno del Peñón explicó que ya ha sacado del granelero 197 metros cúbicos de combustible (el 80% de la carga que tenía en su interior), entre ellos, todo el gasoil, salvo cinco toneladas que permanecen en el depósito de la sala de máquinas para permitir el funcionamiento del buque.

Respecto a la situación de los residuos ya vertidos al mar, el Gobierno de Gibraltar indicó que las operaciones de limpieza del combustible que se halla dentro de la barrera desplegada en el lugar del incidente «han permitido eliminar aproximadamente doce toneladas de una mezcla de combustible y agua». La magnitud que está vertiendo el barco «se ha reducido considerablemente con respecto a ayer (el jueves)», destacan los representantes gibraltareños, que también señalan que «dentro de la barrera ya no se ve tanta cantidad de petróleo negro como se apreciaba ayer».

La Autoridad Portuaria de Gibraltar (GPA, por sus siglas en inglés) «tiene previsto cambiar mañana (por el sábado) la actual barrera adherida al OS 35 por otra con forma de diamante, que proporcionará una mayor resistencia», aseguran. Esta barrera de protección se ha convertido en un elemento clave en la lucha contra el vertido. Además de evitar que una gran parte del combustible llegue a la costa, estas barreras anticontaminantes absorben los residuos que están en su interior. Funcionan por «contacto directo» y son «muy eficaces» en esta tarea, aunque el proceso «es muy lento», reconoce el Ejecutivo del Peñón. Gibraltar también ha desplegado en la zona 'skimmers', unas máquinas similares a espumaderas que están recogiendo el fuel derramado tanto dentro de la zona protegida como fuera de las barreras.

Mientras, en la costa, los representantes británicos y españoles mantienen los niveles de alerta ante la posibilidad de que el vertido siga alcanzando las playas de la zona. Gibraltar ha desplegado en su territorio a seis integrantes de la empresa Oil Spill Response Limited (OSRL), encargada de la descontaminación, que ayer inspeccionaron el territorio. En el lado andaluz, la Junta elevó desde 'preemergencia' a 'situación 0' su Plan de Emergencia por Contaminación del Litoral. El presidente del Gobierno autonómico, Juanma Moreno, subrayó que su Gobierno está «en alerta» y con «todos los medios que sean necesarios» disponibles «para intentar evitar lo que puede ser una catástrofe en términos medioambientales».

Y aunque la situación parece controlada, el Ejecutivo gibraltareño admitió que existe «un pequeño número de aves cubiertas de petróleo». «La situación se está vigilando de cerca y constantemente y se está haciendo todo lo posible para minimizar los efectos perjudiciales para la fauna», recordó el Gobierno de Fabian Picardo.

Mientras, el capitán del buque OS35 ha quedado en libertad tras ser detenido por la Royal Gibraltar Police (RGP) al ser acusado de desobedecer las instrucciones que recibía de la Capitanía Marítima. Según informó la RGP, que se encontraba «colaborando con los detectives de la División de Delitos y Servicios de Protección de la Policía Real de Gibraltar (Royal Gibraltar Police Crime & Protective Services Division), que está a cargo de la investigación del carguero varado».

El granelero OS 35, que se encuentra semihundido en la cara Este del Peñón de Gibraltar tras chocar el lunes con otro buque, sufrió este jueves las primeras fugas de combustible. El barco guarda en su interior unas 500 toneladas de fueloil, diésel y aceite, y una parte de ese combustible superó la primera barrera de contención y amenazó con manchar la Bahía de Algeciras, aunque durante la noche, el vertido se desplazó hacia el sur.

El Gobierno de Gibraltar identificó el origen de estos escapes en dos respiraderos de los tanques del buque y envió a la zona aparatos 'skimmers'. Estas máquinas, llamadas también espumaderas, están recogiendo de forma mecánica, tanto dentro de la zona protegida como fuera de las barreras, el combustible derramado, un fueloil de bajo contenido en azufre.

Todos los respiraderos por los que escapaba el fuel habían sido sellados, pero el cierre de dos de ellos se aflojó durante el hundimiento de la embarcación, informó el Ejecutivo de Fabian Picardo. En cualquier caso, las dos fugas fueron otra vez precintadas, de manera que se estaba deteniendo la liberación de petróleo, agregó Gibraltar. Además, los técnicos habían comenzado a bombear gasóleo del OS 35 hacia la barcaza de lodos que estaba situada a su lado.

Picardo defendió la actuación, en este incidente, de la Capitanía de Gibraltar, que pidió alejar el barco de la costa. «Se dirigió al barco al sitio donde era posible salvar las vidas [de los tripulantes]. Si lo hubiéramos traído de nuevo al puerto se hubiera hundido y hubiera habido un gran vertido de fuel», subrayó el ministro Principal en declaraciones a TVE.

Desde el lado español, una patrulla del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA), perteneciente a la Junta, recorrió los puntos de costa más próximos a Gibraltar, desde la Playa del Burgo hasta la Atunara, pero no halló restos de vertido en la costa. El Ejecutivo de Juanma Moreno y la Delegación del Gobierno en Cádiz ya han elaborado un plan de contingencia «para evitar o minimizar, en la medida de lo posible, los daños medioambientales que pudieran producirse».

En este sentido, el Gobierno del Peñón destacó la colaboración entre las autoridades británicas y españolas para reducir el riesgo de un vertido incontrolado. «Tanto la lancha de la Autoridad Portuaria de Gibraltar (GPA, por sus siglas en inglés) como el 'Luz de Mar', de Salvamento Marítimo español, han desplegado barreras en forma de J para contener el fuel que flota a la deriva. Ambas embarcaciones trabajan en estrecha colaboración», indicó en un comunicado el Gobierno gibraltareño, que anunció la llegada de otros dos navíos a la zona.

El combustible del OS 35 se reparte en tres tanques, uno situado en la parte delantera del barco, la zona que corre más peligro porque se encuentra semihundida, y dos detrás. Las autoridades marítimas tratan de pasar el combustible desde el primer depósito hacia los otros dos, que no se encuentran dañados.

El OS 35, con bandera de Tuvalu y cargado con barras de acero, colisionó contra otro barco, el Adam LNG, un metanero (encargado de transportar gas natural licuado) con bandera de las Islas Marshall, cuando estaba maniobrando para salir de la bahía de Gibraltar. Los 24 tripulantes del OS 35 pudieron ser evacuados mientras que el Adam LNG no se vio afectado de forma significativa por la colisión.

Además, la Policía Real de Gibraltar informó este jueves de la detención de una persona relacionada con el accidente del buque OS 35 y aunque las autoridades británicas no desvelaron la identidad del arrestado, la televisión del Peñón indicó que se trataba del capitán del barco, que no siguió las indicaciones que se le dieron desde la Capitanía Marítima gibraltareña.

Fabian Picardo explicó que el granelero abandonaba el puerto para continuar su viaje, «desobedeciendo las órdenes de Gibraltar». Una vez en el Estrecho, vistas las ostensibles entradas de agua en el casco, al capitán, finalmente, no le quedó más remedio que aceptar las instrucciones.