Gabilondo rechaza gobernar con Iglesias por su actitud «extremista y radical»

La aseveración del cabeza de cartel del PSOE_hizo reaccionar a todos las fuerzas en liza, incluida la que lo ha elegido como candidato independiente. El secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, evitó desautorizar al exministro de Educación y aseguró que tiene confianza suficiente como para exponer sus opiniones de manera autónoma pero también matizó que la dirección del partido no ha abordado aún esa cuestión y circunscribió sus palabras al contexto de la competición electoral. «Es el momento de que cada uno plantee su fórmula (de gobierno) y la del PSOE es salir a ganar y tratar de aplicar su proyecto con la mayor nitidez posible, sin interferencias, sobre todo, anticipadas», argumentó.

Las razones esgrimidas por Gabilondo, hombre poco amigo de estridencias, para rechazar una alianza con el aún vicepresidente segundo del Ejecutivo ponen de alguna manera en cuestión el propio Gobierno de Pedro Sánchez. Por eso el también ministro de Transportes –enfrascado en una batalla interna con Unidas Podemos a cuenta de la futura ley de vivienda– se apresuró a asegurar que, en el ámbito nacional, la experiencia de la coalición está siendo «positiva». Y para evitar un nuevo choque con su so cio, añadió: «No creo que haya ningún problema con el vicepresidente, que también se ha puesto en clave de candidato para Madrid y, por tanto, entenderá estas cuestiones perfectamente».

Lo cierto es que Iglesias ya dio por hecho, el mismo día que anunció su candidatura, que los socialistas tratarían de reeditar en la comunidad la alianza sellada para el conjunto de España. Incluso hizo un reparto. «Creo que si nosotros cumplimos nuestro papel y Ángel cumple su papel, yendo a un electorado diferente, podemos estar gobernando en la Comunidad de Madrid», dijo en una entrevista en el programa 'El intermedio'.

También el mismo Pedro Sánchez dio a entender de manera implícita que esa sería la fórmula a explorar cuando, en la misma jornada, aseguró que deseaba «suerte» a su vicepresidente aunque «menos suerte» que al candidato del PSOE. Sin embargo, Gabilondo aseguró este lunes en otra entrevista en La Sexta que lo que a él le gustaría, en caso de sumar, sería contar con el respaldo tanto de Más Madrid, la formación de Íñigo Errejón, y con el de Ciudadanos; justo lo que intentó, sin éxito, cuando en 2019 ganó las elecciones. Aunque no cerró del todo la puerta a entenderse con el líder de Podemos si «evoluciona en otra dirección».

Ahora todos los sondeos indican que no logrará volver a situar a los socialistas en cabeza y que tendrá que volver a conformarse, como en 2015, con la segunda posición. Las encuestas también apuntan la posibilidad de que Ciudadanos no alcance el 5% de los votos necesario para obtener representación en la Asamblea de Madrid. Pero, de hacerlo, los números podrían dar, al menos sobre el papel, para una apuesta como la del catedrático de metafísica que, además de rechazar la actitud de «confrontación» que alimenta Iglesias, se mostró contrario a modificar la fiscalidad en los dos años de legislatura que quedarían por delante y rechazó eliminar la educación concertada.

Ciudadanos, sin embargo, negó credibilidad a sus palabras. Y lo mismo hizo el PP. Ambos recordaron que también Sánchez aseguró durante la campaña de las generales que no podría dormir por las noches con Iglesias en el Gobierno y acabó abrazándose a él dos días después del 10 de noviembre. Está por ver si esa experiencia lastra a ojos de los votantes el discurso de un hombre que ha pretendido hacer de su seriedad su principal baza electoral aun a riesgo de que ser acusado de carecer de pegada.