La líder de Hogar Social Madrid, Melisa Domínguez. Efe

La Fiscalía pide siete meses de cárcel a la líder de Hogar Social Madrid

Acusa de desobediencia a Melisa Domínguez por una protesta en la sede del PSOE tras el desalojo del grupo ultranacionalista en enero de 2020

Mateo Balín

Madrid

Lunes, 24 de mayo 2021, 14:24

La líder de Hogar Social Madrid, Melisa Domínguez, se enfrenta a siete meses de prisión por un delito de desobediencia después de que incumpliera de forma reiterada, presuntamente, la orden dada por la Policía Nacional para que abandonara la sede del PSOE durante una protesta en enero de 2020.

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La Fiscalía Provincial de Madrid señala en su escrito provisional de acusación que la encausada se dirigió en enero de 2020 al edificio de la calle Ferraz de Madrid junto a otros 15 personas, todas ellas integrantes del colectivo ultranacionalista Hogar Social Madrid, «procediendo a sentarse en el suelo junto a la puerta de entrada y en el espacio comprendido entre ésta y los tornos y controles de seguridad».

Según el Ministerio Público, Domínguez se identificó como portavoz del grupo y se negó «reiteradamente» a acatar las órdenes que le fueron dadas tanto por el responsable de seguridad de la sede como por los agentes de Policía para que abandonara el lugar, «persistiendo en su negativa, hasta que, finalmente, éstos tuvieron que desalojarla contra su voluntad» .

La causa partió de una denuncia del PSOE y el Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid abrió una investigación. Aceptó examinar la posible comisión de un delito de desobediencia, pero rechazó el delito de allanamiento de morada por falta de indicios.

La propuesta de acudir a la sede del PSOE se produjo tras el desalojo del colectivo y varias personas que ocupaban una antigua sede de CC.OO. en la calle Cristino Martos, en Madrid. Una vez allí , según el juez, se sentaron en la puerta de acceso con un pancarta que ponía 'Mantenerse en pie en un mundo en ruinas'. Aunque el personal de seguridad del PSOE les pidió que se fueran, no hicieron caso y tuvieron que llamar a la Policía. Los agentes lograron que todos abandonaran el lugar, salvo Melisa, «que persistió en su negativa, obligando con ello a los policías a desalojarla de forma forzosa».

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