La Fiscalía acusa a la Generalitat de dar un tercer grado encubierto a los presos

La Fiscalía criticó en concreto a la consejera de Justicia de la Generalitat, Ester Capella, por decir días atrás que los nueve presos del 'procés' se acogerán al 100.2 en los próximos meses. La Fiscalía entiende que se trata de una medida excepcional cuya interpretación debe ser «restrictiva».

El Ministerio Público recurrió este jueves la concesión del 100.2 a Jordi Sànchez ante el juzgado de vigilancia penitenciaria, que tiene ahora en sus manos paralizar o no el permiso. Según el recurso, Sànchez no ha asumido los delitos y aún es prematuro para que pueda salir de prisión. A su juicio, las labores de voluntariado que hará el dirigente de JxCat y expresidente de la ANC, cuando salga tres días a la semana del penal de Lledoners, no servirán para los programas de reinserción del delito de sedición por el que fue condenado.

Cinco de los dirigente independentistas condenados por el Supremo a una pena de cárcel por sedición han recibido ya el visto bueno de la junta de tratamiento de su prisión para poder acogerse al 100.2. Jordi Turull y Josep Rull realizarán en breve la solicitud y Oriol Junqueras y Raül Romeva están a la espera. La Fiscalía, no obstante, cree que no basta con el cumplimiento de la cuarta parte de la condena, no observar mala conducta y estar clasificado en segundo grado penitenciario.

El que ya hace uso del permiso de semilibertad es el exconsejero de Interior, Joaquim Forn, que este jueves abandonó por primera vez la prisión de Lledoners para acudir a su nuevo puesto de trabajo, en la firma Mediapro, del empresario Jaume Roures. Se convirtió en el cuarto reo del 'procés' que sale de la cárcel en aplicación del 100.2, tras Jordi Cuixart, Carme Focadell y Dolors Bassa.

Forn tiene el permiso para salir todos los días de lunes a viernes y doce horas por jornada, con la obligación de regresar a la cárcel a dormir. El exconsejero colgó un mensaje en su cuenta de Twitter, nada más abandonar la cárcel, donde le esperaba su hija, donde señaló que tenía su «primer día de permiso para ir a trabajar después de 841 días sin libertad».