El exabogado de Podemos acusa a Pablo Iglesias de mentir ante el juez

Según el testigo, que todavía sigue declarando, el hoy vicepresidente era totalmente consciente desde 2016 que la propia Bousselham era la que había filtrado a la prensa los mensajes de Telegram del partido y que las supuestas 'cloacas del Estado' que, según Iglesias, dirigía el excomisario José Villarejo, nada tenían que ver con el hecho de que se hubieran aireado esos datos confidenciales

El letrado -que mantiene una guerra abierta con Podemos desde que el partido le despidiera el pasado año luego de acusarle de haber acosado a otra letrada de la formación, Marta Flor Núñez- declaró hoy por videoconferencia desde Barcelona como testigo en esta décima pieza del 'caso Tándem' o 'Caso Villarejo' y fue interrogado por el propio fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, apartando así de la comparecencia a los dos fiscales que llevan este asunto, Ignacio Stampa y Miguel Serrano. Luzón quería evitar cualquier contaminación del interrogatorio porque, según se desprende del sumario, Marta Flor se jactó de mantener una especial relación con Stampa.

Para hacer más enrevesado el asunto se da la circunstancia que Flor es desde el inicio la abogada en este caso de Bosusselham. También lo era de Pablo Iglesias hasta que éste fue expulsado como perjudicado de la causa, al entender el juez que el vicepresidente había incurrido en varias contradicciones en sus explicaciones sobre el destino de la tarjeta del móvil de Bousselham cuando el vicepresidenta aseguró haberla recuperado tras serle entregada por los responsables de la revista Interviú.

Pablo Iglesias declaró como perjudicado en este 'caso Dina' en la primavera del pasado año. Entonces aseguró que en 2016, poco después del robo del dispositivo, recibió la tarjeta de su excolaboradora de manos del presidente del Grupo Zeta. El líder de Podemos afirmó ante García-Castellón que la tarjeta funcionaba, mientras Bousselham sostuvo por su parte, que ella no pudo acceder a su contenido. Sea como fuere, la famosa tarjeta llegó ya dañada al tribunal de la calle Génova.

Fueron precisamente estas contradicciones las que llevaron al instructor a negar a Iglesias la condición de víctima en esta causa y ordenar una serie de diligencias para saber si el vicepresidente pudo incurrir en algún tipo de delito, como el de daños informáticos, y determinar si efectivamente la tarjeta de la exasesora llegó a ser sustraída en algún momento.