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No es que sea el perejil de todas las salsas, pero ha sido ingrediente fundamental en algunas de las más delicadas. Félix Bolaños, hasta ahora secretario general de la Presidencia del Gobierno, asciende a ministro del ramo. Pedro Sánchez lo dejó claro hoy mismo: «Era ... y seguirá siendo uno de mis principales colaboradores».
Es un hombre de su absoluta confianza que procede, como él, de la siempre convulsa federación madrileña del PSOE. Su currículum académico asusta. Número uno de su promoción de licenciados en Derecho de la Universidad Complutense y ganó la oposición para la única plaza de letrado del Banco de España.
Se le atribuye ser el arquitecto jurídico del decreto de estado de alarma por la pandemia y el diseño de la estructura del Gobierno de coalición. Pilotó el proceso para la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos y negoció con la familia del dictador. Aquel 24 de octubre de 2019, su cara salió del anonimato en la explanada de la basílica azotada por el viento.
Buscó asimismo el acuerdo de coalición con Unidas Podemos, coronado por el éxito, y trató de hacer lo propio con el PP en la renovación del Consejo General del Poder Judicial, pero no lo consiguió. Logró, en cambio, entenderse con los populares para designar los vocales del Consejo de Administración de RTVE. Es el fontanero mayor de Sánchez en la Moncloa.
En sus nuevas responsabilidades asumirá muchas de las parcelas de poder de Carmen Calvo, aunque aún no está resuelto si presidirá la comisión de subsecretarios, la cocina legislativa del Gobierno. Pero ante todo será la nueva mano derecha del presidente del Gobierno. Como ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática ejercerá de puente con el grupo parlamentario socialista y tendrá que verse las caras con los de la oposición. Uno de sus primeros desafíos será, precisamente, tejer acuerdos en torno a la ley de memoria democrática que deja en herencia la vicepresidenta.
Crisis de gobierno
Alberto Surio
Javier Varela
Javier Varela
No acaban ahí sus componendas. A pesar de su discreción se ha labrado un buen cartel en los pasillos de la calle Ferraz. Es un hombre considerado dentro la dirección socialista, que lo escogió para ser uno de los ponentes de la ponencia marco del 40 Congreso del PSOE. Un aprecio que se pondrá a prueba en las siempre complejas relaciones entre el Gobierno y el partido.,
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