Felipe VI mantiene su silencio sobre la situación procesal de don Juan Carlos

Cuando en marzo llegaron a la Zarzuela las primeras filtraciones sobre lo que algunos medios británicos iban publicar sobre los negocios opacos de don Juan Carlos, el entorno de Felipe VI trazó un doble cortafuegos. Por un lado, la contundente decisión del Monarca de cortar amarras con su padre y renunciar a su herencia; por otro, retirarle al rey emérito la asignación salarial con la que contaba hasta ahora proveniente del dinero público. Y, de forma paralela, aconsejar a don Juan Carlos que organizase su propia defensa por lo que pudiese venir.

Hacía ya tiempo que el Rey había marcado distancias con su progenitor e incluso, lo había alejado de la actividad institucional. En realidad, empezó a hacerlo desde el mismo momento que le cedió el testigo para tratar de achicar la larga sombra de sus conductas. El escándalo de la cacería de Botsuana y su relación con Corinna Larsen fueron dos torpedos que impactaron de pleno a su línea de flotación y dejaron a la Monarquía en caída libre. Desde entonces el terremoto de Botsuana ha vivido réplicas, como la publicación de los audios grabados por el comisario Villarejo a Larsen en los que ésta afirmaba que el rey emérito tiene cuentas en Suiza a nombres de terceros. Pero ninguna había tenido efectos tan reales como hasta ahora.

Con Juan Carlos I a un paso del banquillo, el Rey trata de proteger a la Corona y poner el foco en su papel institucional, que se ha intensificado durante la pandemia. Desde hace semanas su agenda se ha multiplicado y el Monarca tiene actos mañana y tarde. Hoy, no quiso faltar a su cita en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Acompañado por la reina Letizia, don Felipe se interesó por cómo estaban llevando los deportistas el regreso a los entrenamientos,a los que puso como ejemplo para superar la crisis sanitaria.

El Rey no dejó que la decisión de la Fiscalía empañase su visita. Tampoco la última aparición de la examante de su padre en la que afirma que comunicó por carta a Felipe VI, «a modo de cortesía», el escándalo de las sociedades offshore que le salpicaban. Larsen asegura que la Casa Real le respondió entonces «que ninguno de los asuntos que planteamos le preocupaba».