El comisario jubilado José Luis Olivera ha comparecido este lunes ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga la 'operación Kitchen', pieza separada del 'caso Villarejo'. El exjefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) entre 2006 y 2012, especializada en ... casos de corrupción, ha declarado en calidad de imputado por su presunta participación en el dispositivo parapolicial de espionaje a Luis Bárcenas en pleno escándalo por la 'caja B' en el Partido Popular, en febrero de 2013.
Publicidad
Pese al cúmulo de indicios que se amontonan en la causa, Olivera ha negado todos y cada uno de los hechos que le sitúan en el centro del 'caso Villarejo', según los audios del comisario, las agendas intervenidas por la Policía Judicial o el pormenorizado relato que hizo en el juzgado el inspector jefe Manuel Morocho. El investigador principal del 'caso Gürtel' señaló hace dos semanas a Olivera como uno de los mandos que le presionaron para «minusvalorar» los informes de los 'papeles de Bárcenas'. Esto es, para controlar daños en favor del PP.
Precisamente, el también exjefe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) se ha despachado con dureza, hasta entrar en el terreno personal, con Morocho. Según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, Olivera ha negado que el entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, le llamara en plena reunión con el investigador de 'Gürtel' para ejercer presión sobre éste ofreciéndole una salida para que dejara el caso.
Olivera ha reconocido que se reunió con Morocho, a pesar de que por aquel entonces ya no era su jefe en la UDEF. Lo hizo, ha explicado, por mera curiosidad profesional para conocer de primera mano el desarrollo de la causa de corrupción que afectaba al PP. Sin embargo, el comisario jubilado ha declarado que no le ofreció ningún puesto porque «no tenía autoridad para hacerlo» y ha desmentido la versión sobre la supuesta llamada de Fernández Díaz.
El investigado ha dicho, efectivamente, que hubo una llamada durante el encuentro, pero al otro lado no estaba el ministro sino su mujer, que había sido compañera de Morocho. Incluso detalló que los tres acabaron de cena hasta la madrugada para dar cuenta de la buena relación que tenían.
Publicidad
Sobre Fernández Díaz, investigado también por 'Kitchen', ha afirmado que ni siquiera tenía su teléfono y ha definido a Morocho como una persona «peculiar» en el trato que nunca daba su brazo a torcer. Por este motivo, ha subrayado, pudo pintar de presiones de sus superiores las modificaciones que sufrían sus informes sobre 'Gürtel'. En este sentido, ha detallado que era habitual que los escritos fueran revisados por los mandos de la UDEF, desde los jefes de sección, brigada y unidad hasta el comisario general.
Precisamente, la cuestión de los informes también está reflejada en las agendas de Villarejo, donde se alude a una «gran bronca» que la secretaria general del PP de aquella época, María Dolores de Cospedal, habría dado al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, por «problemas» con los documentos firmados por Morocho.
Publicidad
En cuanto a la 'Operación Kitchen', que se habría montado desde el Ministerio de Interior con recursos policiales y fondos reservados para sustraer información comprometedora sobre la 'caja B' en poder de Bárcenas, Olivera ha insistido en que no sabía nada. Es más, ha asegurado al juez que se enteró por la prensa. El mismo argumento que usó en su día el ministro Fernández Díaz, pese a que hasta cuatro indicios posteriores lo desmienten.
El juez García Castellón también ha preguntado al investigado cómo conoció a Villarejo. Y éste ha identificado al comisario general de la Policía Judicial, Jesús Espigares Mira, como la persona que les presentó. Lo hizo para contarle que Villarejo daba cobertura a la Policía en diferentes misiones con su grupo empresarial: CENYT. Desde entonces, ha admitido Olivera, trabajó con él en operaciones puntuales, entre las que ha mencionado la 'Operación Malaya', sobre corrupción urbanística en Marbella, o 'Gürtel'. Una colaboración que, según ha afirmado, conocían los mandos policiales.
Publicidad
En este punto, le han preguntado si esta colaboración le generó algún beneficio económico, ya que existe un audio en el que se habla del 5% de comisión. Pero Olivera ha negado la mayor y ha declarado que creía, incluso, que Villarejo era un policía en excedencia con negocios propios hasta que vio una nómina suya como agente en activo.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.