La entrevista con el ministro del Interior se produce en plena polémica, quizás la más grave que se ha vivido en los últimos meses, entre el Gobierno central y la oposición. A la declaración del estado de alarma de Madrid y a las críticas por ... la política penitenciaria, se ha sumado la decisión de PSOE y Unidas Podemos, partidos que sustentan el Ejecutivo, de presentar una proposición de ley para reformar el sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, cuya renovación acumula dos años de retraso. Pasar de una mayoría de tres quintos, que obliga al acuerdo con el PP, a otra absoluta. La mitad más uno.
Fernando Grande-Marlaska (Bilbao, 1962), es uno de los tres magistrados del Consejo de Ministros que en su día formó parte del Poder Judicial. Pese a las duras críticas que el Gobierno está recibiendo por parte de sus colegas de profesión, defiende sin ambages la propuesta. «Es el bloqueo del PP lo que puede poner en duda la independencia judicial», advierte. Bruselas, sin embargo, no oculta su preocupación por lo que está ocurriendo, pero el ministro llama a la calma: «No habrá ninguna reforma que no se adecúe al marco constitucional y a los principios internacionales».
–Como magistrado y exvocal del Poder Judicial, ¿cree que la reforma impulsada por el PSOE y Podemos era la mejor opción?
–Estamos sufriendo un bloqueo desde hace dos años por parte del PP, que tiene al propio CGPJ rehén de sus intereses partidistas. Hay un mandato constitucional que dice que hay que renovarlo cada cinco años y una de las obligaciones institucionales de los partidos es llevarlo a cabo. Esa es una exigencia. Lo que no podemos hacer es que dicho órgano exceda en dos años su mandato. Llega un momento en el que si el PP se mantiene en una actitud absolutamente obstruccionista e impeditiva, hay que buscar alternativas. Ya veremos cómo quedan esas alternativas, pero la situación no puede mantenerse. Se está incluso creando desafección y desconfianza por parte de la sociedad hacia el conjunto de las instituciones, es de una gravedad enorme.
–La proposición la presentan los grupos que sustentan al Gobierno, ¿pero se debatió en el Consejo de Ministros?
–No, no se ha abordado como Gobierno.
–Hay voces en el Poder Judicial que han llegado a afirmar que no entienden cómo la ministra de Defensa, la también magistrada Margarita Robles, y usted no se han llevado las manos a la cabeza por esta decisión.
–Cada uno tiene su opinión. Yo me llevo las manos a la cabeza al pensar que en dos años no se ha renovado el CGPJ por intereses partidistas y al ver que no hay voluntad de cumplir un mandato constitucional. Eso a mí sí que me preocupa.
–La mayoría de las asociaciones de jueces han criticado con dureza esta medida porque consideran que pone en duda la independencia judicial. ¿No lo hace?
–Lo que coloca este tema encima de la mesa es el bloqueo, y es eso lo que precisamente puede poner en duda la independencia del Poder Judicial. No perdamos de vista la cuestión principal y objetiva, que es el bloqueo. No habrá nunca interés en ninguna modificación legislativa que conlleve o determine poner en tela de juicio la independencia judicial. Eso va en contra de partidos democráticos como son los que sustentan al Gobierno. El problema está en la actitud del PP y no hay que obviarla porque es ahí donde está el nudo gordiano. Quiero pensar que no son conscientes de la gravedad de su conducta.
–El presidente del PP, Pablo Casado, ya ha advertido de que su partido recurrirá al Tribunal Constitucional y a las instituciones europeas. ¿Contemplan la posibilidad de que su proposición acabe siendo tumbada?
–Yo lo que quiero es que trasladen su tiempo y sus esfuerzos intelectuales a la mesa y a la necesidad de renovar el CGPJ. Porque no hablamos solo del Poder Judicial, existen también otras cuestiones como el Tribunal Constitucional, la Radio Televisión Pública Española, el Defensor del Pueblo... Que sus energías las empleen en cumplir la Constitución. No en hablar tanto de la Constitución, sino en cumplirla.
–El Gobierno de Polonia, expedientado por vulnerar el Estado de Derecho a la hora de diseñar su Poder Judicial, acaba de pedir a la Comisión Europea que haga lo propio con España.
–Hasta junio de 2018 yo era vocal del CGPJ, era uno de los encargados de relaciones internacionales, y conozco más ese tema que mucha de la gente que está hablando. Me parece un dislate la comparación. Ese patriotismo constitucional del que hablan no sé dónde ubicarlo.
–El jueves, precisamente, la Comisión Europea lanzó un aviso a navegantes a España mostrando su preocupación por lo que está sucediendo.
–No va a haber ninguna reforma que no se adecúe al marco constitucional y a los principios internacionales. Hay que recordar que España es una de las veinte democracias denominadas plenas, con garantía de derechos y libertades. No se puede plantear que en España vaya a haber una reforma que ponga en tela de juicio la importancia de nuestra democracia.
–¿Hay margen para dar marcha atrás y retirar esta propuesta a tenor de las críticas recibidas?
–Son los grupos parlamentarios los que han presentado la proposición de ley, que tendrá el trámite y el debate correspondientes. El Gobierno ha demostrado en todo momento su voluntad real y concreta de llegar a un acuerdo, es el PP el que tiene que cumplir su obligación constitucional. Intentar sacar del acuerdo a un partido que forma parte del Gobierno y que tiene una representación parlamentaria (en alusión a Podemos) es que me parece...
Estado de alarma en Madrid
–Radicales de ultraderecha atacaron las esculturas de Largo Caballero y de Indalecio Prieto. Vox publicó en Twitter un mensaje amenazante para que deroguen la Ley de Memoria Histórica. ¿Temen que se alimente la cultura del odio?
–No, hay gente a la que le gusta vivir en la crispación y en el odio. Desde este Gobierno y desde los partidos que lo sustentan lo estamos viviendo con gran preocupación, pero también tomando medidas para evitar ese tipo de manifestaciones.
–Han decretado el estado de alarma en Madrid, lo que ha puesto al PP en pie de guerra. Los cruces de acusaciones entre el Ejecutivo central y el de la Comunidad son diarios.
–Siento ser taxativo. Desde el Ministerio de Sanidad se está practicando desde el minuto uno la colaboración entre el conjunto de las comunidades autónomas. Ha tenido que adoptarse esta medida en Madrid por una necesidad inevitable ante unos parámetros preocupantes.
«Más temprano que tarde
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reflexiona sobre lo que han supuesto estos últimos años desde el final del terrorismo.
–El 21 de octubre de hace nueve años ETA anunció el cese definitivo de la violencia. ¿Recuerda cuándo y cómo se enteró?
–Es un día que un demócrata vasco y español no puede olvidar dónde estaba ni con quién. Aquel día se materializó la victoria sobre ETA con el imperio de la ley. No fue con la disolución formal de ETA, fue aquel día cuando quedó claro que el Estado de Derecho había derrotado a ETA. Me acuerdo que eran las ocho o las nueve de la noche, estaba en 'El Corte Inglés', en Nuevos Ministerios, en Madrid. Había ido a comprar unos libros a la librería a última hora, después de salir de la Audiencia Nacional de trabajar, fue allí donde recibí una llamada con la noticia.
–¿Está ganando la democracia la batalla del relato?
–Sin duda alguna, no tenemos que albergar ninguna duda, desde el conjunto de las instituciones, desde el conjunto de la sociedad representada en este caso por las asociaciones de víctimas del terrorismo, por la Fundación Memorial, un trabajo importante que está haciendo y seguirá haciendo la Fundación dirigida por Florencio Domínguez, somos muy conscientes de que hay que concluir el relato lo más fidedigno posible a la historia para no traicionar la memoria de ninguno de nosotros como la única forma de generar y hacer un futuro mucho más habitable y razonable para todos.
–¿Ha visto la serie 'Patria?
–La estoy viendo, pero de domingo a domingo y esperando al próximo capítulo.
–¿Y qué le sugiere?
–Pues me está recordando mi vida, lo que yo viví de joven en Bilbao, cuando uno simplemente recuerda el Casco Viejo, recuerda Deusto, por donde yo salía mucho, la Universidad y todos los años 80... esas imágenes, esos actos de kale borroka que aparecen en los primeros capítulos, triste y desgraciadamente forman parte de nuestro entorno... éramos conscientes del silencio absolutamente patológico que muchos, y ahí me incluyo, mantuvimos en un primer momento. Tardamos en despertar a la tragedia al horror del terrorismo. Le diré una anécdota, pero yo dejé de leer la novela fantásticamente escrita por Fernando Aramburu porque siempre digo que tenemos todos muchas cosas que leer para ayudar a seguir creciendo. En la novela veía que estaba contando mi vida y por muy bien que me la contaba no me generaba nada nuevo; en cambio, entiendo que es una novela necesaria absolutamente para todos.
Acercamientos de presos
–Durante los gobiernos de Sánchez se han producido 80 acercamientos de presos. ¿Va a seguir esa misma línea en esta materia?
–En primer lugar, no me gusta hablar de acercamientos, me gusta hablar de cumplimiento de la legislación penitenciaria. Hay un tratamiento individualizado que responde al fin previsto en nuestra Constitución en el artículo 25.2 que no es otro que la reinserción social de los internos, esa es la única guía que dirige nuestra actuación. Desde que el presidente del Gobierno me nombró ministro del Interior en junio de 2018 dije que esa iba a ser nuestra directriz en política penitenciaria. No me gusta la palabra acercamiento aunque sí la comprendo desde un punto de vista político. La dispersión fue una política en un momento concreto de actividad terrorista de ETA y tuvo su importancia y sus consecuencias positivas. Hace nueve años que vencimos a la organización terrorista y ahora estamos aplicando la legalidad penitenciaria. Es que si no fuera así no seríamos el Estado de Derecho que ha vencido a ETA. Son las juntas de tratamiento las que examinan en términos técnicos las propuestas de evolución de grados y los centros penitenciarios más apropiados para su cumplimiento, ni más ni menos, y en eso seguiremos.
–La derecha parlamentaria les acusa de poner encima de la mesa de la negociación presupuestaria, por ejemplo, estos acercamientos de los presos...
–Es una falsedad que se utiliza de forma torticera. La derecha parece que no puede vivir sin la organización terrorista ETA y parece que se olvida que fue vencida y derrotada por el Estado de Derecho hace nueve años. Parece que tiene anhelo o necesidad de aquellos tiempos mientras otros tratamos de seguir avanzando para seguir mejorando. Siempre digo que aquella época nos hizo a todos peores.
–¿Le dice algo que un expreso tan significativo como 'Kubati' admita el dolor de las víctimas?
–Pues ha tardado, pero está bien que lo reconozca porque realmente causaron un sufrimiento muy importante a personas concretas, a familias concretas... nos hirieron a muchos en lo más íntimo, en la vida, y lo más importante, al conjunto de la sociedad en el alma.
–¿Cree que ese mundo va a terminar reconociendo el gran daño causado?
–Estoy convencido absolutamente. Ya se están dando pasos como usted ha señalado con la declaración de 'Kubati' y de otros que fueron miembros de la organización terrorista.
–¿Pero confía de verdad que EH Bildu haga una crítica política pública a lo que fue ETA?
–Espero que la haga. Han dado pasos para la política y para empezar a hablar de políticas sociales, económicas y sanitarias, a pensar en el día a día, pero para ser totalmente convincentes, e incluso coherentes, tienen que pasar a hacer esa crítica. Creo además que la sociedad se lo demanda.
–¿Le molesta que los Presupuestos puedan salir con el apoyo de EH Bildu?
–Estamos viviendo una situación de extraordinaria urgencia y necesidad como consecuencia de la pandemia. Este es el contexto del debate de los Presupuestos, con un Gobierno que quiere minimizar los contagios con medidas adoptadas contra el virus desde el 14 de marzo, limitando el derecho a la libre movilidad, también con medidas relacionadas con el escudo social y económico. Lo importante es que todo el mundo sepa que son unos Presupuestos dirigidos a la reconstrucción social y económica para salir adelante. Lo importante es que sumemos todos, que todos seamos conscientes de las posibilidades que nos ofrecen ahora los fondos europeos de reconstrucción, que se nos va a mirar desde Europa para ver si somos capaces de generar una sociedad mucho más resiliente, más fuerte tanto social como económicamente.