La disolución del 'efecto Teo'
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El secretario general del PP alcanzó su momento de esplendor cuando desactivó la moción de censura en Murcia, pero se granjeó la antipatía de los barones con los congresos provincialesDavid Gómez
Murcia
Martes, 22 de febrero 2022, 19:21
Pocas figuras políticas han suscitado tanto rechazo como la de Teodoro García Egea (Cieza, 1985), secretario general del PP. Lo quiere fuera la mitad de su partido y parte de la otra mitad, además de los barones y los referentes mediáticos del centro-derecha español. ... Solo sus amigos Pablo Casado y Fernando López Miras han dado la cara por él hasta el último momento.
¿Por qué esa animadversión tras solo tres años al mando del aparato popular? El puesto de secretario general del PP es ingrato por naturaleza, pues es quien se ocupa de las cuestiones organizativas y de las listas en los territorios. Álvarez-Cascos, Acebes y Cospedal ya se granjearon enemigos, dentro y fuera del PP, durante sus años en la planta noble de Génova. Pero Teo los supera a todos.
La designación de García Egea como número dos ya causó sorpresa en el PP. Casado tomaba una decisión arriesgada, pues entonces Teo no era más que un joven y desconocido diputado, experto en 'bitcoin', sin padrinos en Madrid y procedente de una región de escaso peso específico como Murcia. Nada de eso frenó la confianza del líder del PP en su amigo, ingeniero de telecomunicaciones, que fue quien lo convenció, en un banco del Parque del Retiro, para que se presentase al congreso de 2018 y el que movió Roma con Santiago para que se impusiera en el cónclave a Soraya Sáenz de Santamaría.
El secretario general del PP empezó su trayectoria política como concejal en Cieza. Creció a la vera de Pedro Antonio Sánchez -expresidente murciano, que dimitió procesado por la Justicia- y dirigió la Agencia de la Energía (Argem), organismo autonómico hoy extinto. Al Congreso de los Diputados accedió de rebote, pues era el número 9 de la lista del PP por Murcia en las generales de 2011, en las que los populares lograron 8 de los 10 escaños en liza. La salida de Jaime García-Legaz (aznarista de pro) le dejó hueco en la Carrera de San Jerónimo, de donde no ha salido. Encabezó la candidatura del PP por Murcia en cuatro comicios (2015, 2016 y los dos de 2019). En los últimos, Vox le superó en votos hasta en su Cieza natal.
Lo que no se puede negar del controvertido escudero de Casado es que es polifacético. Padre tres hijos, es un deportista nato que practica judo, ciclismo, 'running', natación y esquí. El pasado diciembre, recién recuperado de la covid, realizó una travesía a nado por el Mediterráneo. La música es otra de sus aficiones. Toca el piano, el clarinete, el tambor y la guitarra. Fue campeón del concurso de lanzamiento de hueso de oliva de Cieza, una tradición de su pueblo que enemigos utilizan constantemente para ridiculizarlo.
Su trayectoria en Génova comenzó bien, pues fue el artífice del pacto que sacó al PSOE de la Junta de Andalucía tras 40 años. Tras las autonómicas de 2019, capitaneó las negociaciones para conservar el poder en Castilla y León, Murcia y Madrid, así como reconquistar la alcaldía madrileña. Sus primeros problemas internos llegaron con los congresos provinciales. Dentro de su idea de construir el 'casadismo' de abajo hacia arriba, situó a afines en puestos orgánicos claves, lo que provocó que los barones, como Juanma Moreno o Núñez-Feijóo, le tomaran la matrícula.
Su esplendor llegó cuando logró abortar la moción de censura de PSOE y Cs en Murcia, para lo que hizo suyo el dogma de Nicolás de Maquiavelo de que «el fin justifica los medios». Gracias al chivatazo que recibió de lo que se cocinaba en su tierra, Isabel Díaz Ayuso tuvo tiempo de convocar las elecciones que la encumbraron y que, según parecía entonces, inauguraron un nuevo ciclo ganador del PP. 'El efecto Teo', lo llamó entonces el alcalde José Luis Martínez-Almeida, colchonero como él.
Desde entonces, su estrella se fue apagando. La salida del Gobierno de Pablo Iglesias, con quien confrontaba en las sesiones de control, le acabó perjudicando, pues los duelos con Yolanda Díaz -«le voy a dar un dato, señor García Egea»- no le han sido favorables. Además, se inició el conflicto con Ayuso por el control del PP de Madrid, mecha de este incendio que abrasa la organización.
Hombre con sentido del humor, de los que mandan 'memes' por WhatsApp cada dos por tres, en una conversación con él no faltan las coletillas «líder», «máquina», «brother». Quizás su estilo llegue a exasperar a quienes no lo conocen tanto. Optimista antropológico, hasta última hora ha pensado que Casado y él ganarían esta partida. Las victorias en el congreso de 2018 y las elecciones en Madrid las celebró subiendo a las redes una foto junto a su presidente acompañada de una frase que algunos atribuyen a Albert Einstein: «Como no sabíamos que era imposible, lo hicimos». Dicen que no hay dos sin tres, pero esta vez lo tiene realmente difícil. O no, que diría Mariano Rajoy.
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