Nuevo golpe de efecto del Ministerio del Interior en la política de extranjería. Solo cinco días después de que el Gobierno decidiera, en una maniobra sin precedentes, la expulsión inmediata de 116 de los 118 inmigrantes que el pasado miércoles asaltaron la valla de Ceuta ... , el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska ordenó este martes la detención de los diez cabecillas de la anterior violación masiva del perímetro fronterizo de la ciudad autónoma, la que tuvo lugar el pasado 26 de julio y que se saldó con la entrada de 602 irregulares y 22 agentes de la Guardia Civil heridos.
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Es la primera vez que Interior acusa penalmente a los promotores de un asalto fronterizo y las imputaciones son especialmente graves: pertenencia a organización criminal, atentado contra agentes de la autoridad y lesiones. Hasta ahora, las fuerzas de seguridad del Estado se habían limitado a actuar por organizació criminal contra los patrones de las embarcaciones que arriban a las costas españolas.
La Policía Judicial y el Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta han tardado más de un mes en identificar «sin género de dudas» a los diez detenidos que, según los atestados entregados al Juzgado de Instrucción número 5 de Ceuta, «organizaron y dirigieron» la intrusión masiva, llevando el peso de la «dirección logística y operativa» de aquel salto.
De acuerdo con los informes de las fuerzas de seguridad, los arrestados (un nacional de Togo, supuestamente el máximo responsable del asalto; dos cameruneses y siete ciudadanos de la República de Guinea) fueron los que se ocuparon de todos los detalles, coordinando a los diferentes grupos de inmigrantes. Ellos, sostiene la Guardia Civil, fueron los que dieron las órdenes para que un contingente de extracomunitarios se dirigiera a la zona de Finca Berrocal para abrir agujeros en los vallados exterior e interior con sierras radiales, cizallas y mazos.
Otros grupos, siempre coordinados por los detenidos, se dedicaron a establecer una suerte de cordón para evitar que los guardias civiles y policías se acercaran, lanzando a los agentes recipientes de plástico con excrementos, cal viva y ácido de baterías de coches, mientras que otros subsaharianos usaron sprays a modo de lanzallamas, piedras y palos para mantener a raya a los efectivos de las fuerzas de seguridad. Según el Ministerio del Interior, tras el asalto también se intervinieron cócteles molotov (que no consta que llegaran a emplearse) y varias bolsas de hachís.
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Los servicios de inteligencia han identificado a los cabecillas gracias sobre todo a las grabaciones de las cámaras de seguridad del perímetro y a las declaraciones de los guardias civiles.
La detención de los diez africanos (entre los que también hay alguno «causante directo» de quemaduras a los agentes por el lanzamiento de cal viva) se produjo a las 8 de la mañana en el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) de Ceuta, donde los 602 extracomunitarios que lograron entrar en el aquel violento asalto de julio están recluidos desde entonces a la espera de ser enviados a la península. Agentes de los Grupo de Reserva y Seguridad accedieron por sorpresa al centro con el listado de los inmigrantes. Los agentes tuvieron que emplearse a fondo para reducir al cabecilla togolés, que hirió en el forcejeo a uno de los guardias.
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