Detenido por narcotráfico el armador del pesquero naufragado en Cádiz en enero

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Andalucía confirmaron que la operación, sobre la que se ha decretado el secreto de sumario, está coordinada por el Juzgado Central 6 de la Audiencia Nacional. En ella han participado más de 200 agentes de diferentes unidades y ha incluido numerosos registros en viviendas, naves y fincas de Algeciras y otros municipios del Campo de Gibraltar, así como en varias embarcaciones. Sólo ha trascendido que hay media docena de detenidos, entre ellos el armador Pedro Maza, responsable del pesquero Rúa Mar.

La embarcación, de 14 metros de eslora y con sede en Barbate, desapareció el pasado 23 de enero cuando salió a faenar en pleno temporal mientras el resto de la flota permanecía amarrada a puerto. La baliza de emergencia saltó cuando se encontraban a 28 millas del Cabo Espartel, en Marruecos, un lugar muy alejado de su punto habitual de pesca. A bordo iban seis marineros, pero sólo se pudo localizar el cadáver de dos de ellos, el del patrón, Antonio Javier Maza, familiar del armador ahora detenido, y el de uno de los marineros, Óscar Maquera, cuyo cuerpo fue arrastrado días después hasta una playa de Tarifa.

La sorpresa de los familiares fue mayúscula cuando días después, al denunciar en el juzgado la desaparición de la embarcación, descubrieron que estaba siendo investigada por la Audiencia Nacional en el marco de una operación contra el narcotráfico. Según se supo entonces, se habían practicado incluso seguimientos y pinchazos telefónicos a varias personas, algunas de ellas sin relación directa con la embarcación pero que habrían participado de diversa manera en algunos alijos de droga.

El pesquero nunca fue localizado, y se encontraron solamente las lanchas salvavidas y unos bidones de aceite. Las sospechas apuntan a que iba cargado de hachís, lo que unido al fuerte temporal facilitó su naufragio. El propio ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, alertaba hace unos días en Algeciras acerca de que el uso de pesqueros o barcos de recreo eran las nuevas vías que las organizaciones criminales usaban para introducir la droga en nuestro país sin levantar las sospechas de la Policía. Así, los pesqueros se encontrarían en alta mar con otras embarcaciones que les trasvasarían el hachís, o recogerían alijos fondeados en un punto en alta mar, y posteriormente los desembarcarían en puerto sin levantar sospechas.