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La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal que supuestamente cometió numerosos robos con fuerza en el interior de establecimientos hosteleros, de los que se llevaba las recaudaciones de las máquinas recreativas, y que actuó en provincias de Castilla y León (entre ellas Burgos), Castilla- ... La Mancha y Aragón.
En el marco de la operación denominada 'Socalderilla', los agentes iniciaron las investigaciones en 2019 y continuaron hasta los primeros meses de 2020, según ha explicado este lunes en un comunicado la Subdelegación del Gobierno en Soria.
Los agentes de la Comandancia de Soria reunieron la información suficiente para identificar a los supuestos autores, un grupo que actuaba tanto en Soria como en otras provincias de España.
Dentro de la operación desarrollada, arrestaron a tres hombres de nacionalidad extranjera, mayores de edad, que tenían su residencia en la ciudad de Madrid.
Los investigadores han estimado que en el grupo habría que incluir a otras dos personas que están actualmente fuera del territorio nacional, en su país de origen.
Con la investigación la Guardia Civil ha esclarecido y ha atribuido al grupo criminal la supuesta autoría de 45 hechos delictivos de robos con fuerza en interior de establecimientos, robo o hurto de vehículo y robo o hurto de placas de matrícula.
De estos 45 hechos delictivos, treinta fueron cometidos en la provincia de Soria, ocho en Guadalajara, tres en la provincia de Zaragoza, dos en la de Burgos, uno en la de Segovia y otro en la provincia de Albacete. En algunos de estos establecimientos habrían actuado más de una vez.
La banda desarticulada se caracterizaba por ser itinerante, al desplazarse desde su lugar de residencia, el cual variaba periódicamente, hasta los lugares en los cuales cometían los robos, a lo largo de una misma noche. Para ello, empleaban vehículos sustraídos en el mismo momento de sus actuaciones.
Del mismo modo sustraían placas de matrícula, en los lugares de comisión de los hechos delictivos, las cuales cambiaban al pasar de una provincia a otra para dificultar la detección por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
El grupo criminal realizaba reconocimientos previos de los lugares en los que posteriormente cometían los delitos, eligiendo establecimientos hosteleros situados en vías de comunicación poco transitadas y con fácil maniobra de huida.
Según la Guardia Civil, empleaban pocos minutos, entre dos y cuatro, en completar la comisión del delito. Para acceder a los establecimientos hosteleros forzaban puertas o ventanas utilizando herramientas tipo palanqueta o maza.
Dos o tres personas actuaban en el interior del establecimiento y uno o dos esperaban fuera con el turismo para huir en el menor tiempo posible.
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