Cristian Reino
Barcelona
Miércoles, 26 de octubre 2022, 13:36
La paz interna apenas ha durado 20 días en Junts. El 'caso Dalmases', que ha concluido con el cese del diputado nacionalista como vicepresidente del partido, ha reabierto las heridas y las hostilidades han regresado con fuerza en el seno de la formación soberanista. Francesc ... de Dalmases ha dimitido de sus responsabilidades orgánicas y corre el riesgo de ser obligado también a apartarse como diputado autonómico.
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El dirigente nacionalista es mano derecha de Laura Borràs y en el partido ya han salido voces para denunciar que en el fondo del caso lo que hay es un «ataque» orquestado por el sector posibilista para abatir a Laura Borràs, presidenta de la formación y líder del sector radical. «No era un ataque contra Dalmases, sino también contra la presidenta Borràs, que es caza mayor», ha afirmado este miércoles Jaume Alonso Cuevillas, en la Ser.
Ambos sectores del partido se enfrentaron a cara de perro a cuenta de la decisión sobre si el partido debía o no salir del Govern. Laura Borràs forzó la consulta interna entre la militancia y ganó. La consulta se celebró el pasado 7 de octubre. Junts acabó rompiendo con ERC y los consejeros junteros abandonaron el Gobierno catalán.
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Cuevillas, del sector de Borràs, ha admitido que en el partido hay dos almas claramente, que es una cosa notoria, a pesar de que se intenta camuflar y hacer ver que no existen. Las relaciones son cada vez más complicadas entre los dos bandos del partido y el riesgo de escisión siempre está latente. El propio Cuevillas verbalizó la amenaza de ruptura interna durante la campaña de la consulta para salir del Govern. La dirección pensó que había cerrado la crisis, pero lo hizo en falso. Los postconvergentes y algunos exconsejeros se han cobrado la venganza, con el cese de Dalmases.
Este caso, de hecho, no ha concluido, toda vez que en el seno de Junts hay un sector que está recogiendo firmas para obligar a Dalmases a dejar su acta de diputado y dos diputadas le acusan de prácticas intimidatorias, como las que denunció la periodista de TV3 y que certificó el informe elaborado por Magda Oranich, quien este miércoles ha confirmado en catalunya Ràdio que no le coge el teléfono a Borràs para «no recibir gritos».
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El dirigente nacionalista recibe presiones en su partido para que dimita como diputado, pero también las presiones son en el Parlament. ERC, CUP y comunes han presentado un escrito en la Cámara catalana para que se convoque la comisión del estatuto del diputado para abordar la situación del juntero. Esta comisión la preside Jaume Alonso Cuevillas y podría adoptar medidas contra el diputado en virtud del código de conducta e incluso proponer su expulsión. Junts ha convocado este miércoles una reunión del grupo parlamentario tras la dimisión de Dalmases.
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