El PP culpa a Sánchez de la decisión y reclama la comparecencia de Albares

Los populares han registrado ya en el Congreso una solicitud de comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para que dé explicacionescuanto antes. Consideran que esa suspensión, «es una muy mala noticia» para España y obedece «a la ausencia de una verdadera política exterior con sentido de Estado», así como a los «giros unilaterales y los bandazos» de Sánchez. Fuentes del partido conservador, lamentan también que «allí donde hay un problema», el jefe del Ejecutivo, en lugar de resolverlo, «genera tres».

Ciudadanos anunció también que va a registrar sendas peticiones para que comparezcan en la Cámara tanto Albares como la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Los liberales tachan de «negligente» al Gobierno de Sánchez por el giro dado respecto a la postura histórica que España ha mantenido sobre la antigua colonia y critican que se cambie la «buena vecindad» con Marruecos por, ahora, una mala relación con Argelia, otro socio estratégico. «Vaya negoció que ha hecho», lamentó el vicesecretario general, Edmundo Bal.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, cargó, por su parte, contra el jefe del Ejecutivo por la ruptura de relaciones con Argelia y alertaba de que «los caprichos de un dirigente nunca pueden marcar la política exterior de un país». «Se lo advertí esta mañana al autócrata y unas horas después se confirma el augurio», lamentó en las redes sociales.

En su intervención matutina en el pleno, Abascal denunciaba que Sánchez aún no haya exigido al Gobierno alauí que reconozca la «soberanía española» en Ceuta y Melilla ni haya autorizado la repatriación de inmigrantes ilegales residentes en España. «Es normal que allí le reciban con honores después del asalto de nuestras fronteras de su fracasada relación con Argelia y del regalo del Sáhara, que –recalcaba– solo le compromete a usted».

El delegado del Frente Polisario en Madrid, Abdulah Arubi, justificaba igualmente la decisión de Argel en respuesta a un giro que «va en contra del Derecho Internacional y descarta la autodeterminación» de la antigua colonia.