Secciones
Servicios
Destacamos
Fueron 90 minutos de terror y desconcierto en el barrio de San Isidro, uno de los más conflictivos pero a la vez más populares y céntricos de Algeciras. El de Yassine Kanjaa fue un recorrido caótico por las calles, callejuelas y plazas de la ciudad en busca de iglesias y, sobre todo religiosos y feligreses con los que enfrentarse. Solo la intervención de la Policía Local, ante la que no opuso resistencia, acabó con su sangriento paseo, que quedó reflejado en las imágenes que grabaron, atónitos, algunos vecinos.
Yasinne Kanjaa, marroquí de 25 años, llega a la Iglesia de San Isidro
Parroquia de San Isidro
Calle Ruiz Ragle
El atacante irrumpe en la Iglesia de San Isidro, en el barrio del mismo nombre, adyacente al 'piso patera' en el que vivía junto a otras dos personas en la calle Ruiz Ragle, en el centro de Algeciras. Aparentemente va desarmado. Al menos, no muestra el machete que luego sí blandiría. Allí comienza a gritar e increpar a los feligreses, a los que llama a convertirse al Islam.
Agresión gratuita en
el barrio de San Isidro
Kanjaa se marcha entre gritos e increpaciones del templo de San Isidro. Recorre las calles adyacentes. En un momento dado se cruza con un joven estudiante de origen marroquí. Se cruzan la mirada y el agresor, sin mediar palabra, le pega un puñetazo en el ojo al grito de: «¡Tú estás al servicio de Jesús y María!»
Vuelta al ‘piso patera’
en Calle Ruiz Ragle
Los investigadores creen que, tras agredir al estudiante, Kanjaa volvió al 'piso patera' donde vivía en la cercanísima calle Ruiz Ragle para recoger el machete de grandes dimensiones.
Regreso a la
Iglesia de San Isidro
El supuesto yihadista, ahora sí armado con un machete de grandes dimensiones y adornado con una calavera, vuelve a la Iglesia de San Isidro y empieza a golpear las imágenes sagradas. El párroco Antonio Rodríguez, un salesiano jubilado, una vez acabada la misa, trata de echarle del templo, pero el joven marroquí acaba apuñalándole en el cuello y el costado, dejándole malherido.
Sale de la primera iglesia y
avanza apenas 200 metros
Iglesia de Nª Sª de la Palma
Entra al grito en árabe de «Alá Akbar». Recorre la iglesia tirando al suelo con el machete todo lo que se encontraba a su paso: imágenes, cruces, velas... Luego, sube al altar mayor. En ese momento, el sacristán Diego Valencia se le acerca para pedirle que abandone la iglesia. El sospechoso se niega y le increpa. Yasinne Kanjaa se va a la sacristía donde amenaza a dos mujeres.
De nuevo, la víctima le insta a marcharse. Pero el agresor comienza a perseguirle con el machete.
El sacristán intenta escapar,
pero tropieza
Plaza Alta
El sacristán huye fuera del templo, pero tropieza en la cercana Plaza Alta. Tras caer el religioso al suelo, el agresor le apuñala mortalmente varias veces al tiempo que le golpea.
Intenta entrar en
un tercer templo
Ermita Virgen de Europa
El supuesto yihadista no escapa. Tras asesinar a Valencia se queda merodeando tranquilamente por la zona, blandiendo su machete ante la mirada atónita de los transeúntes. En un momento dado, decide entrar en la ermita Virgen de Europa, también la misma plaza Alta, pero está cerrada y, después de dar unos golpes, desiste de entrar en este tercer templo.
Una hora y media
después es detenido
Efectivos de la policía municipal de Algeciras interceptan a Kanjaa en la Plaza Virgen de las Lágrimas, justo a las espaldas de la ermita Virgen de Europa. El asesino no se resiste a la detención y se pone a rezar.
Tras hora y media de terror por las calles de Algeciras, Kanjaa es entregado a la Policía Nacional después de pasar por el hospital Punta Europa para comprobar su estado de salud. El supuesto yihadista, explican los operativos, se muestra tranquilo e, incluso, sonríe a los agentes.
Fuentes Este relato se ha realizado con datos obtenidos de, entre otras fuentes, la Comisaría General de Información, Policía Local de Algeciras, Ministerio del Interior y testigos presenciales.
Publicidad
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.