Dos nuevas cartas amenazantes con balas destinadas a cargos públicos. Pero, en esta doble ocasión, los sistemas de seguridad funcionaron y las misivas no llegaron a sus destinos: la Real Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, y la ... Dirección General de la Guardia Civil. Interior confirmó anoche que los sistemas de seguridad del centro logístico de Sant Cugat (Barcelona) detectaron una carta con dos proyectiles cuya destinataria era Isabel Díaz Ayuso.
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Por otra parte, y en el mismo lapso de tiempo, el Centro de Tratamiento Automatizado de la compañía postal en el barrio madrileño de Vallecas –donde fallaron los controles con las anteriores cartas– detectó otro envío con cuatro proyectiles para la sede central del cuerpo. Tanto Mossos como Guardia Civil se encuentran investigando estos hechos, condenados «con rotundidad» por parte del Gobierno que también trasladó su «solidaridad» tanto a la presidenta madrileña como a la directora de la Guardia Civil, María Gámez.
«Ante los violentos, serenidad y desprecio», aseguró anoche Ayuso durante una entrevista en Trece tras conocer la noticia. Otros políticos madrileños como Íñigo Errejón, Ángel Gabilondo o Pablo Iglesias condenaron estos envíos y mostraron su solidaridad con los afectados.
Este nuevo envío coincidió con la reunión de los responsables de Correos con los representantes de los trabajadores para analizar la situación. Tanto Amador Santos, subdirector general de Relaciones Laborales, como Javier Pomares, jefe de Seguridad, admitieron a los sindicatos que los escáneres de rayos X «no tienen una fiabilidad del cien por cien», ya que depende de la posición del objeto, en este caso de las balas y la navaja que estaba colocado entre dos CD y envuelta en papel de periódico. No obstante, para descargar la responsabilidad indirecta de la compañía, advirtieron que estos objetos tampoco fueron identicados en el Ministerios del Interior ni en a Dirección General de la Guardia Civil.
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En este sentido, el sindicato CSIF exigió a Correos un informe técnico en el que se describa de manera pormenorizada elfuncionamiento de los escáneres y la revisión de los protocolos de seguridad (incluido las jornadas de trabajo de los vigilantes de seguridad). Además, salieron en defensa de la profesionalidad de los empleados y de los integrantes de la plantilla de seguridad privada, y recordaron que el operario «llevaba años de experiencia en la empresa». Tanto UGT como CCOO también reclamaron una investigación en profundidad y no un cierre en falso de lo sucedido atribuyendo únicamente la responsabilidad al vigilante.
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En el plano de la investigación, que llevan los servicios de información de Policía y Guardia Civil y las unidades de Cientíca, los primeros análisis realizados sobre las cartas con amenazas y balas enviadas el lunes 19 de abril no han encontrado huellas dactilares ni genéticas (ADN) de su autor, que usó, con casi total seguridad, guantes para no dejar rastro, según fuentes de la investigación. Balística continúa examinando la munición y siguen los interrogatorios al personal de Correos que tuvo en su poder las cartas para localizar el buzón desde donde se enviaron de forma simultánea y poder así supervisar las cámaras de la zona.
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