El ex número dos de Interior implica a Fernández Díaz en 'Kitchen'

Según han señalado fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, Martínez conoció el cometido de Ríos para recuperar documentos de la 'caja B' del PP en poder de Bárcenas por boca de Fernández Díaz. De forma posterior, ha declarado al juez, fue a ver al entonces director adjunto operativo de la Policía Nacional, Eugenio Pino (también investigado en esta pieza separada llamada 'Kitchen'), para contrastar esa información.

El instructor se ha mostrado muy interesado en conocer por qué se fue al notario para registrar los mensajes de móvil que le envío Fernández Díaz sobre el operativo sin control judicial, y Martínez le ha contestado que le dolió saber por un medio de comunicación que su entonces jefe dijera que no sabía nada de 'Kitchen'. «Eso es falso», ha incidido el declarante.

En esta línea argumental, ha añadido que el hecho de que indique que el exministro afirmara que no sabía nada, «lo que es falso», ha reiterado, «no significa que las actuaciones fueran ilegales». Esta defensa de la aparente licitud del dispositivo está siendo común en el resto de investigados que ya han declarado ante el juez. Por ejemplo, el comisario Enrique García Castaño, jefe entonces de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), declaró en similares términos en el marco de su estrategia de colaboración con la investigación judicial.

Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad, ha cumplido su palabra de que iba «a contar la verdad» cuando se levantara el secreto del sumario, como ha ocurrido. Antes, en enero pasado, se acogió a su derecho a no declarar. Vista su comparecencia de hoy su estrategia de defensa pasa a partir de ahora por detallar el operativo, contar quién se lo encargó y tratar de justificar que pensaba que estaba dentro de la ley. También el uso de fondos reservados para pagar los gastos del mismo.

Al levantarse el citado secreto se conoció que, para protegerse, Martínez tenía registrados ante notario los mensajes SMS que intercambió con Fernández Díaz en 2013, cuando comenzó la 'operación Kitchen'. Constan además en la causa conversaciones suyas en las que aseguraba que si lo llamaban a declarar, después tendría que hacerlo el exministro (como ha ocurrido) y «probablemente» Mariano Rajoy.

La imputación de Francisco Martínez, «Choco-Paco» para los comisarios José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño, se produjo después de que éste le implicase en el espionaje. Confesó que entregó un «pendrive» a Martínez que, entre otros datos, contenía el clonado de móviles de Bárcenas, y proporcionó la identidad de los dos agentes que le acompañaban cuando el chófer del extesorero, el policía Sergio Ríos, le pasó la información del clonado.

Unos datos que supuestamente fueron volcados en un ordenador portátil adquirido por Interior con fondos reservados y que fue hallado en la Comisaría General de Información, por lo que el juez ordenó el análisis de sus archivos.

El juez, que enmarca la operación entre el 11 de enero de 2013 y el 18 de noviembre de 2016, ve «especialmente revelador» del presunto conocimiento de la excúpula del Ministerio, el pago con fondos reservados al chófer de la familia Bárcenas (2.000 euros al mes), supuestamente captado como confidente por el excomisario preso Villarejo.

Esto «evidencia el conocimiento de los hechos por parte de mandos superiores del organismo», dice el magistrado, que subraya además el hecho de que Ríos obtuviese plaza como funcionario de Policía tras superar un proceso de oposición, extremo que requería necesariamente de la participación de cargos con capacidad de influencia.