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El PP continúa aprovechando los derroteros del 'caso Dina' como arma para intentar desbancar a Pablo Iglesias de su puesto como vicepresidente segundo del Gobierno y minar, de paso, la relación entre los dos socios del Ejecutivo de coalición.
Est martes, el telón de ... fondo ha sido el Senado, donde los populares Javier Maroto, María Salom y Francisco Bernabé exigieron directamente su dimisión después de insinuar que el fiscal Ignacio Stampa reveló secretos a la abogada que defiende al partido en el 'caso Villarejo', Marta Flor. Una causa donde también se investiga el robo en 2015 del teléfono móvil de Dina Bousselham, exasesora del líder de Podemos.
La reacción de Iglesias después de que Bernabé afirmara que este «acabará sentado en el banquillo de los acusados» y de que Salom le llamara «recalcitrante machista» volvió a ser la misma de las dos últimas semanas, mostrarse como la víctima de «unas cloacas que tienen que ver básicamente con la construcción de una trama parapolicial». Todo después de que él mismo confesara en una entrevista en TVE que retuvo el móvil de Bousselham sin el conocimiento de esta «para protegerla»
El vicepresidente recordó que, pese a que el juez le retiró expresamente la condición de víctima, ni él «ni Dina, ni Podemos, son los acusados» y desafío a los senadores populares a llevar sus sospechas a los tribunales.
En medio del intercambio de acusaciones, Iglesias encontró como aliado al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, que acusó a los senadores populares de hacer «un juicio anticipado». «Usted no cree en la presunción de inocencia ni en la justicia», respondió a Bernabé, al que también animó a «arrimar el hombro»para renovar los órganos judiciales que se encuentran actualmente en funciones, en vez de «atacar» al Gobierno.
Por la mañana, la Mesa del Congreso, con los votos de Unidas Podemos y PSOE, había rechazado la petición del PP para que Iglesias compareciera en la Diputación Permanente de la Cámara baja y diera explicaciones por el 'caso Dina'. También fueron desoídas las deVox y Ciudadanos, que solicitaban que el vicepresidente se sentara frente a una Comisión de Investigación. Pero el órgano consideró que los hechos tienen que ver con un asunto privado «sin relación con las competencias del Gobierno».
La formación morada propone ahora, como ya había hecho Iglesias antes, que su comparecencia se produzca en una Comisión «más amplia sobre las cloacas del Estado», avanzó ayer el secretario primero de la Mesa, Gerardo Pisarello. El objetivo de esta estrategia es que también tengan que ser interrogados el expresidente Mariano Rajoy y su exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, entre otros.
Iglesias también fue interpelado por sus declaraciones de hace dos semanas en la que pidió «naturalizar» los insultos a periodistas críticos. Maroto, que debía realizar una pregunta relacionada con la Agenda 2030, acabó por cuestionarle sobre si sentía «bochorno de utilizar la naturalización del insulto para amedrentar a los periodistas». El vicepresidente se enzarzó con el senador popular, al que respondió que «amedrentar a periodistas es lo que hacía Sáenz de Santamaría maniobrando para que algunos perdieran su trabajo o dando ruedas de prensa desde un plasma».
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