El Congreso debate su puesta a punto para futuras emergencias

La sugerencia de plenos telemáticos surgió apenas conocidos los primeros contagios en el Congreso y suspendida, por razones de prevención, la agenda ordinaria. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, con un embarazo avanzado, ha sido desde entonces una de las principales defensoras de articular un sistema que permita la intervención de los diputados a distancia. Una fórmula para conciliar las medidas de confinamiento, la protección del personal de la Cámara y la necesidad de evitar la propagación del virus sin congelar la actividad parlamentaria.

A juicio de los liberales, habría bastado con una interpretación flexible del Reglamento, como entienden que se hizo, para poder votar las últimas semanas desde casa, con el artículo 82.2, que permite la medida sólo «en los casos de embarazo, maternidad, paternidad o enfermedad grave» cuando se considere «suficientemente justificado». Pero los letrados no parecen compartir el análisis.

En el informe que los servicios jurídicos del Congreso emitieron el 25 de marzo adujeron que «no cabe la participación de los diputados en ausencia a través de videoconferencia ni en las sesiones del pleno ni en las de las comisiones». Tanto por una lectura precisa del Reglamento como de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Así como en el caso de la Mesa y de la Junta de Portavoces, órganos que se reúnen a puerta cerrada y cuya discusión no es pública, sí es posible celebrar encuentros telemáticos, y de hecho se está haciendo, las sesiones parlamentarias se rigen por otros principios.

En concreto, el apartado 70.2 de la normativa de la Cámara, que regula los debates, dicta que «los discursos se pronunciarán personalmente y de viva voz». «El orador -añade- podrá hacer uso de la palabra desde la tribuna o desde el escaño». Es decir, en ningún caso se contempla la intervención desde fuera del Salón de Plenos. No sólo eso. Los letrados recuerdan resoluciones anteriores del Tribunal Constitucional, que ya impidió que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, huido de España, pudiera ser candidato a la investidura sin estar presente en el Parlamento de Cataluña.

Tampoco técnicamente es sencillo, o al menos no en este momento. El Congreso no cuenta, desde luego, a día de hoy con la tecnología y los medios necesarios para conectar a 350 diputados. Ni siquiera aunque sólo tomen la palabra unos cuantos portavoces. Siendo así, las conclusiones de los letrados abocan a una reforma reglamentaria, en caso de que los grupos quieran disponer de más herramientas en el futuro.

Son varias las fuerzas políticas que han abogado por poner a punto la institución; lo que anticipa que puede forjarse un consenso. Además de lo expresado por Ciudadanos, Vox presentó una proposición de ley el 21 de marzo con el argumento de que es «poco justificable en pleno siglo XXI y en medio de la implementación del 5G» que la Cámara no pueda funcionar «por falta de previsión del uso de medios tecnológicos».

También Junts per Catalunya apostó el martes por encontrar una forma de habilitar las sesiones telemáticas, dada la incompatibilidad entre las normas sanitarias que persiguen frenar «de manera drástica la concentración de personas en un mismo espacio» y la necesidad de que los plenos sean presenciales.

De momento, sin embargo, la propuesta de reforma reglamentaria que se ha admitido a trámite es la de Unidas Podemos. En el texto, este grupo traslada su preocupación por que las decisiones para reducir al mínimo la posibilidad de contagios hayan limitado los derechos constitucionales de participación política de la ciudadanía a través de sus representantes. Hasta el martes, por la excepcionalidad de la situación, se había cancelado la agenda habitual del Congreso, sólo unos pocos diputados asistían a los plenos y quedaron suspendidos los plazos de tramitación de las iniciativas. Una situación «a evitar».

Con el argumento de que en el futuro podrían ser, además, circunstancias «aún más graves» las que dificultaran incluso la actividad básica de las Cortes, Unidas Podemos insta ahora al resto de grupos a «modernizar» la Cámara para un funcionamiento total por medios electrónicos. Eso sí, únicamente en ocasiones excepcionales, y precisa: «Catástrofes naturales o climáticas, accidentes graves a gran escalada, crisis sanitarias, parálisis de los servicios públicos esenciales o cuando se hayan declarado los estado de alarma, excepción y sitio». El trámite, en todo caso, llevará un tiempo.