La Eurocámara se decanta por considerar «de lesa humanidad» los crímenes de ETA

La institución envió una misión a Euskadi el pasado mes de noviembre, formada por cinco eurodiputados -todos ellos extranjeros para asegurar su imparcialidad-, para conocer de primera mano los testimonios de víctimas, fuerzas de seguridad y fiscales. Los familiares de las víctimas esperaban, además, que la visita de la comitiva sirviera para abrir nuevas vías de investigación en los 379 casos sin resolver de la banda terrorista.

La comisión hará público su informe definitivo el próximo 24 de marzo, pero en su borrador abre la puerta a que los delitos de ETA, incluso los anteriores a 2004, sean considerados «de lesa humanidad». A falta de que el texto incorpore las enmiendas de los grupos políticos, esto supondría que crímenes de la banda terrorista no estarían sujetos a «prescripción o amnistía».

El documento preliminar incluye también una de las principales exigencias de las víctimas; un cambio legal para que los etarras colaboren en la resolución de los crímenes sin juzgar. La comisión reclama a las autoridades españolas que los beneficios penitenciarios «solo se otorguen a quienes ayuden a esclarecer» dichos casos. Exige además a las instituciones que «agoten las posibilidades» del Derecho Penal y que se persiga a los autores materiales e intelectuales de los atentados no resueltos.

Sobre los 'ongi etorri', la comisión es clara e insta a las instituciones a que persigan «todo tipo de glorificación pública de los terroristas una vez salen de prisión» y «criminalicen» este tipo de actos. Considera que los recibimientos a expresos etarras solo producen «dolor y suponen una humillación» para los familiares de los asesinados.

Los casos sin resolver suponen el 44% de los crímenes perpetrados por ETA y, la mayoría de ellos se produjeron entre 1978 y 1987. En los años de plomo, «la violenta actividad de la banda contra las fuerzas de seguridad» y «la falta de cooperación internacional dificultaron la investigación de los asesinatos», concluye la comisión. Y la verdad y la justicia son «el primer paso» para la reparación a las víctimas.