El choque de PSOE y Unidas Podemos tensa la reunión del Consejo de Ministros

Pedro Sánchez admitió en su comparecencia posterior que el debate fue «intenso», pero «sosegado». En definitiva, subrayó, fue «enriquecedor». También explicó que la inusual duración obedeció a que es «la primera vez en la historia de la democracia» que se aborda un decreto de estado de alarma. Pero de enfrentamiento, nada. Fuentes socialistas y de Unidas Podemos al tanto de lo hablado señalaron, sin embargo, que sí hubo choque de pareceres. Nada extraño porque se veía venir. En la comisión delegada de asuntos económicos reunida del viernes para preparar el Consejo de ayer ya se planteó la misma controversia sobre el gasto sin que se llegara a un acuerdo. Pero incluso venía de antes, un grupo de ministros socialistas era reacio a la declaración del estado de alarma frente a la tesis contraria de Unidas Podemos y algún ministro con carné del PSOE, como José Luis Ábalos. El presidente del Gobierno se inclinó por los segundos.

Nadia Calviño y María Jesús Montero, pero no solo ellas, se mostraron contrarias a que el grifo del gasto público mane sin filtro. No puede ser una vuelta «al plan E de Zapatero», argumentaron los defensores de la ortodoxia en referencia al proyecto del presidente socialista en el último tramo de su mandato para absorber parte de la legión de parados que dejó la crisis económica. Con un déficit del 2,5% y una deuda equivalente al cien por cien del PIB hay que medir las alegrías en el gasto, arguyeron.

Pablo Iglesias, Yolanda Díaz y Alberto Garzón, según fuentes conocedoras de la reunión, reclamaron un plan keynesiano con incremento del gasto para proteger a los trabajadores y los sectores más desfavorecidos aunque implique un incremento del déficit. Esas políticas, subrayaron, serían una herramienta para paliar el descontento social y, además, tendría un efecto positivo sobre la demanda y la reactivación de la economía.

Sánchez señaló después del Consejo que el impacto económico será «grande» y que «mucha gente va a verse damnificada», pero no concretó en qué línea irá el paquete de medidas que acompañará al estado de alarma. A lo máximo que llegó fue a garantizar que hará «todo lo que esté en su mano para amortiguar los efectos económicos y sociales de esta crisis de salud pública».

Pero antes del debate económico, Sánchez escuchó las quejas de su vicepresidente segundo. Iglesias acudió a la reunión sabedor de la importancia del debate aunque para ello se saltara el compromiso de la cuarentena obligatoria después de que su pareja, la ministra Irene Montero, resultara infectada por el coronavirus. El líder de Unidas Podemos protestó por la ausencia de representantes de su partido en la célula de gestión del estado de alarma a pesar de ocupar carteras sensibles para afrontar la epidemia y sus consecuencias.

El decreto establece que bajo «la superior dirección» del presidente del Gobierno las «autoridades competentes delegadas en sus respectivas áreas» son los ministros del Interior, Defensa, Transportes y Sanidad. Los cuatro de la órbita del PSOE. Iglesias reclamó que él, como responsable del área social del Gobierno, debería estar en ese comité, o bien la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, por el impacto de la crisis en el mundo laboral. Sánchez no cedió.