Cayetana Álvarez de Toledo se despide de los periodistas tras su valoración después de conocerse su cese. EFE

Casado cesa a Álvarez de Toledo para proyectar una imagen de moderación

La portavoz en el Congreso censura su cese y atribuye a García Egea un intento de restringir la autonomía del grupo parlamentario

Nuria Vega

Madrid

Lunes, 17 de agosto 2020

El último desencuentro entre Génova y Cayetana Álvarez de Toledo se saldó este lunes con la destitución de la portavoz del PP en el Congreso y el anuncio de una remodelación del equipo directivo de los populares orientada a proyectar un cambio de ... estrategia e imagen antes del inicio del curso político. No fue una salida en absoluto consensuada. Fiel a un estilo poco o nada ajustado a la ortodoxia del partido, la hasta ahora cara visible de la formación en la Cámara baja hizo público su profundo desacuerdo con una decisión que considera «perjudicial» para todos. «El señor Casado –sostuvo– considera que mi concepción de la libertad es incompatible con su autoridad».

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El papel de Álvarez de Toledo como portavoz el PP en el Congreso no ha estado exento en este último año de controversias. Y, en la mayoría de ellas, la dirigente popular ha encontrado el aval de Pablo Casado. Su designación fue, de hecho, una apuesta «totalmente personal» del líder de los populares, en contra incluso del criterio de aquellos sectores que recelaban de un perfil de la órbita de FAES, la fundación del exjefe del Ejecutivo José María Aznar, para tomar las riendas del grupo parlamentario. De ahí que algunas fuentes analizaran ayer la destitución como una «enmienda» del propio presidente del partido a sí mismo.

El episodio que ha precipitado la salida de Álvarez de Toledo tiene que ver con el cese de una de sus personas de confianza, el responsable hasta el mes pasado de la asesoría parlamentaria del PP. Aunque en la sala de mandos del partido argumentan que, estatutariamente, Gabriel Elorriaga no podía compaginar esa tarea con el escaño recién adquirido en julio tras la marcha de Isabel García Tejerina, en el Congreso vieron la mano del secretario general de la formación, Teodoro García Egea, detrás del movimiento.

Álvarez de Toledo no dudó este fin de semana en dejar constancia de su malestar. No sólo tachó de «mala noticia» la decisión, sino que, en una entrevista en 'El País', habló de una «invasión de competencias» de Génova. Una expresión que este lunes aún sostuvo tras ser destituida y comunicar que esa era una de las razones que esgrimió Casado para proceder a su relevo, por entender que su intervención había constituido un «ataque en toda regla a su autoridad».

Las tensiones internas

Aunque las tensiones entre una parte de la dirección nacional y la portavocía en el Congreso eran por todos conocidas, hasta ahora no habían quedado al descubierto de una manera tan clara. No tuvo reparos Álvarez de Toledo este lunes en censurar el modo de proceder, a su entender, de García Egea. «Desde el minuto 1, el secretario general del partido –dijo– intentó restringir al mínimo la autonomía de la dirección del grupo parlamentario».

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En los últimos meses, algunas voces en la Cámara baja han lamentado la «desconfianza infundada» de Génova en la organización del Congreso. Mientras, en la cúpula se han sucedido los reproches a la portavoz por una tendencia a no asumir las directrices del partido ni el argumentario ni la estrategia. En este sentido, que esta misma semana reiterara su preferencia por un «gobierno de concentración moral y constitucional en España» tampoco terminó de entenderse.

Desde la dirección se incidía este lunes en la necesidad de una acción conjunta Génova-Congreso para intentar impulsar a Casado como alternativa a Pedro Sánchez y alcanzar en los próximos comicios generales la Moncloa. Y esa, dedujeron en las organizaciones territoriales, es la causa de que el líder del PP haya optado por los cambios.

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El jueves reunirá a la Junta Directiva Nacional para comunicar su propuesta de remodelación. Cuca Gamarra se hará cargo de la portavocía en el Congreso; Ana Pastor entrará en el comité de dirección como vicesecretaria de Política Social;y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tendrá un sillón en la cúpula para ejercer de portavoz del PP.

En las filas populares entienden que, sobre todo Gamarra y Pastor, son perfiles con experiencia de gestión, con reputación de «moderados», para intentar proyectar una imagen de partido de gobierno y seducir al centro derecha. El signo más obvio, creen, de que Casado ha asumido que se juega su futuro en las próximas elecciones.

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